『MI PROPIEDAD PRIVADA』

[53] Monarca Falso

♔ CAPÍTULO LIII ♔

En lo alto de sala. Descansaba el soberano de Grinth. Una mano en su rostro mientras su expresión parecía cómoda.

—Señor—llamó el mayordomo—la invitada esta aquí

El pelinegro esbozó una sonrisa ladina. Al vestir una saco azul oscuro con botones dorados y un pantalón militar del mismo color, hacia que porte se vea atractivo

—Yuri, déjala entrar 

El sirviente fiel del rey hizo una reverencia. Abrió la gran puerta de par en par.

Entró entonces una mujer con los ojos vendados. Llevaba un glamuroso vestido rojo de noche, que no concordaba con la situación en la se encontraba.

Yui había pasado un día entero encerrada en la torre. Después de eso, fue trasladada de nuevo al castillo. Que estaba a solo una hora de ella.

Ruki se encargó de trasladarla con rigurosidad, con tal de que no escapara. La escoltó hasta el palacio y luego se deshizo de ella. Dejándola con los guardias para que la llevaran adentro con el rey.

—Así que tu eres Yui Komori

El  joven monarca seguía sentado en su cómoda silla roja y hecha con oro. Su mirada era altiva, como si todo debiera estar bajo sus pies y a su entera disposición.

—Cuando escuché sobre ti, tuve algunas expectativas, es una lastima que seas tan delgada—señaló sobre su apariencia

Yui al no poder ver nada, solo escuchaba la voz del hombre. Era juvenil pero no aniñada. Tenia un tono de seguridad total. Y sus palabras eran dichas despectivamente.

Lo siguiente que alcanzó a oir fueron pasos pesados que se aproximaban hacia ella. El calor ardiente de una mano acarició su mejilla. Tembló ante el repentino contacto. Pero aquella mano no se detuvo, continuando con su jugueteo la llevo por su barbilla, alzando su rostro e inspeccionado su cara. Finalmente la mano se dirigió a su nuca, donde desamarró el velo que tenia en sus ojos.

La luz del día se estrelló contra sus pupilas rosáceas. El lugar donde estaba fue tomando forma. Lo recordaba diferente, pero era en esencia lo mismo. La cámara del rey. El lugar donde estaba el trono del monarca de Grinth.

—¿Por fin me miras?. Eso es bueno, no quería que la amada hija del anterior rey no llegara a verme—dijo el chico delante suyo

Mientras su visión se adaptaba al nuevo entorno pude percibir las facciones del otro con mejor precisión.

Su cabello era negro, y las puntas un poco blancas. Sus ojos eran rojos opacos, como la sangre coagulada. Su tez era clara y reluciente. Y su altura era mayor a la suya. Si podía decirlo, era tan atractivo y esbelto que atraería la mirada de cualquier mujer.

—¿Quien...?

—¿Quien soy yo?—se adelantó a hacer la pregunta—No es tu culpa no saberlo princesa Yui, al fin y al cabo soy un niño no reconocido de la realeza

—¿La realeza?—preguntó la rubia, pensando a que se refería el hombre, y tras meditarlo unos segundos, y la mas terrible opción se mostró en su mente—¡¿de mi padre?!

La cara sorprendida de Yui le dio gracia y no pudo evitar reír.

—No, eso seria horrible, lamentablemente no soy hijo del rey Netan, pero si pertenezco a su familia—aclaró con una sonrisa satisfecha—¿Lo sabias?. Netan tenia una hermana que se casó con un príncipe de otro país y se fue del reino Grinth