『MI PROPIEDAD PRIVADA』

[22] Sentimientos Indefinidos

♔ CAPITULO XXII ♔

9:02 p.m.

Narra Yui

Era como un balanceo, leve, pero constante, me sentía despierta, pero en verdad dormía, aun así, la sensación de un arrullo no se iba, era mimada, e incluso tal vez,...amada...

Narrador Normal

La rubia abrió los ojos, se despertó sobresaltada, y se llevó la mano al rostro para remover el sueño de sus ojos, se sentó en la cama y miró a los lados, llevaba un camisón blanco grande, le llegaba hasta sus rodillas, se quitó las sabanas de terciopelo que le cubrían, y se paró sobre sus talones, caminó hacia la ventana que daba la vista al jardín, ella sabía sin duda donde se encontraba, había venido a limpiarla varias veces, la habitación de Reiji era enorme, con paredes mostazas y una alfombra color vino en el piso, lo que se hallaba dentro era un armario de roble alto, una mesa de noche, y un estante con libros de todo tipo, lo más cercano que tenía era un pequeño cuarto que daba el baño.

¿Qué hago aquí?-fue lo primero que ella pensó.

Se dirigió hacia la puerta para salir, pero se dio con la sorpresa que estaba cerrada, advirtió entonces en el sonido del agua cayendo desde el baño- ¿Desde cuándo se escuchaba el grifo abierto?- se dijo en su propia confusión, y es que, aún se encontraba soñolienta, no se sentía tan bien como para pensar más claro

La puerta del baño se abrió, y Reiji salió con la camisa remangada hasta los codos, él, al verla, puso una cara incrédula, que a los segundo volvió a formar una faceta seria, propia de él.

-Veo que ya despertaste- caminó hacia al armario

Yui no contestó, no entendía la situación y por ahora se limitaba a teorizar que había ocurrido.

Reiji sin apuro alguno se desabotonaba su camisa para luego quitársela, dejando ver su pecho y tórax esculpido, esto despertó por completo a la rubia, quien se volteó con vergüenza tapándose con las manos su cara para darle privacidad al pelinegro.

-¡¿Q-Que hace Reiji-san?! ¡N-No debería hacer eso frente a mí!-chilló muy alarmada

Él se rió por su forma de actuar, la consideraba demasiado tímida de vez en cuando..

Luego de cambiarse de camisa y tirar la otra en una silla, se acercó a la rubia que se hallaba todavía de espaldas.

-¿Recuerdas lo que te ocurrió?-la volteó para que lo mirara, se sentía preocupado aunque no lo demostrara

-¿Lo que me ocurrió?, pues yo-bajo la mirada, empezó a recordar su desmayo en el pasillo-¡Ah!,!realmente lamento los problemas que le cause¡-volvió a mirarse a sí misma, percatándose de un detalle que no notó antes-...Reiji-san...por casualidad este vestido...

-Ah, te refieres a lo que vistes-se alejó un poco de ella para mirarla de arriba hacia abajo sin pestañear-yo te lo puse cuando te traje

Un sonrojo salvaje se extendió en los cachetes de la joven rubia.

-¡¿U-Usted me vio?!-juntaba las muñecas en su pecho para ocultarse en vano de su mirada

-Por supuesto, no iba a dejar que te quedaras con esa toalla mojada, te resfriarías, y no me convendría tener a mi sirvienta agripada e inútil-acomodó sus lentes-no tuve más remedio que secarte yo mismo, gracias a eso me empape y también tuvo que bañarme-sonaba molesto