[23] La Carta

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♔ CAPITULO XXIII ♔


9:35 p.m.

Bajé las escaleras de prisa, como si alguien me siguiera, doble por el pasillo corriendo hasta entrar al umbral donde estaba mi habitación, giré la perilla de la puerta nerviosa, y la cerré de un portazo al entrar.

Me quedé unos minutos ahí, respirando agitada en la puerta, hasta que caí al suelo por falta de fuerzas

¿Por qué Reiji-san me hizo tal cosa? ¡Pensé que él no era así!, ¡que me trataría de forma distinta!, estaba muy equivocada al parecer...

Siempre que algo te salía mal solías llorar de pequeña, ahora eres más fuerte que antes, Eva...

¡No lo soy!, sigo siendo la misma chica débil y llorona de antes

Me abrace a mí misma en el suelo, conteniendo lo más que pude mis lágrimas-no soy tan fuerte como crees,...Ruki-kun.

(...)

Luego de calmarme un poco, me cambié de ropa, me puse un suéter blanco, junto a una falda negra y un par de botines.

Como no me podía sentir lo suficientemente tranquila después de lo sucedido, salí a caminar por el jardín, que estaba muy bien cortado y donde habían arboles de sakura, pero lo que más me gustaba eran esos rosales, de rosas rojas y blancas, que estaban por ambos lados de las rejas.

Yo no podía salir de la casa sin el permiso de Reiji-san, por eso, solo quería acercarme a una reja para coger una rosa

-Uhmm...-inhalé el aroma de la rosa-..Huele muy bien...

Se escuchó un ruido fuerte, de un metal chocando contra algo.

Instintivamente, volteé a mirar a mí alrededor.

-¡¿Quién es?!-subí mi guardia

Ahora se escuchaban pisadas sobre el pasto.

¡¿Acaso alguien entró?!, ¡No puede ser!, las rejas son altísimas

Se escuchaban más de cerca las pisadas.

No quería seguir allí ni un segundo más

Salí caminando despacio, para que no noten mis pisadas, hacia un árbol.

Me oculté detrás de un gran cerezo, por fortuna su tronco cubría todo mi cuerpo, con un poco de valentía miré al frente, ya no se escuchaban pisadas, solo el viento moviendo las hojas, me alivié un poco

-Hola-escuché a mi espalda

Me paralicé asustada, pero cuando quizá gritar, una enorme mano cubrió mi boca, entre gimoteos escuché la voz pesada de un hombre:

-¡Cálmate! ¡Soy yo!

-¡¿F-fien?!-solo llegué a preguntar sin hablar bien

Al ver mi estado me volteó, entonces le reconocí al instante

-¡Yuma-kun!

-Hola Mesubuta, ¿me extrañaste?-me dio su típica sonrisa

-¡¿Por qué, Cómo llegaste aquí?! , ¡¿Porque estás aquí?!

Las preguntas salían sin cesar de mí, la sorpresa no pudo haber sido mayor

-¡Espera!, ¡Espera!-me soltó-si sigues preguntándome tantas cosas ¡no entenderé ninguna!

-Pero, ¿cómo es qué?-aún no entendía nada de nada

-¿Cómo es que llegué aquí?, pues, en parte se lo debó a Kaede

『MI PROPIEDAD PRIVADA』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora