En un mundo donde los Sakamakis son príncipes de un país llamado Haunted, y Yui es una camarera con un pasado misterioso, habrán muchas dificultades que afrontar para estos personajes en está aventura medieval...
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➳Histor...
No había nadie en aquel cuarto tan desordenado, pero desprendía una sensación única, habían botes de pintura, lápices, cuadernos, pinceles, cuadros en blanco, otros cubiertos por telas y uno, especialmente uno que... era hipnotizante.
Me adentre más a la habitación, quería acercarme más a ver aquel cuadro.
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Realmente era especial, emanaba una sensación extraña, mientras más lo miraba más podía sentir algo inexplicable, un sentimiento desolador, desconocido,...triste.
—¿Quién eres?—una voz resonó a mis espaldas
Voltee sorprendida hacia atrás, juraría que no había nadie cerca antes, era un chico de ojos y cabello color lila, parecía ser de mi edad, tenía ojeras, y en sus brazos llevaba...un...¿oso?
—Yo...pues...etto—la voz se me iba, estaba muy nerviosa, después de todo no debería estar aquí.
—¿Que haces aquí? ¡¿Por qué entraste?! ¡¡¿Quien te lo permitió?!—el tono de su voz empezaba a elevarse más y más—¡¡VETE AHORA MISMO!!—dio un grito lleno de ira que dejo helada a Yui.
Nunca debí entrar a esta habitación, esto es mi culpa, ¡¿porque lo hice en primer lugar?! ¿Porque entre? ¡¿como sucedió esto?!
(...)
►Jueves 10 de Mayo◄
Narrador Normal
—Así que ven conmigo...—termino de decir
—¿Que dices?— la pequeña rubia terminaba por colocar los manteles de las mesas antes de abrir el local.
—¿No escuchaste nada de lo que te dije?—la peli morada estaba algo molesta pero no lo demostraba con su rostro, sino en sus ojos.
Yui al darse cuenta de la frialdad de su mirada opto por prestarle atención ahora.
—P-Perdón estaba algo distraída, —quiso excusarse—¿de que hablabas Shizu-san?
—Ahh...—Shizu dio un pequeño suspiro y sorbió un poco de su taza de café.
Aún era temprano, Yui y Kaede arreglaban las mesas, mientras que Shizu solo ayudó a preparar los aperitivos con Yuma, pero como termino tan rápido se dispuso a tomar su desayuno, una taza bien cargada de café y un par de tostadas.
—Como te dije está semana abren un nuevo museo y gane un par de entradas para visitarlo—calmadamente empezó a explicar—en mi otro trabajo me las regalaron como parte del pago, pero la verdad no me apetece ir sola,...Así que tú vienes conmigo.
