[47] Reunión Familiar

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♔ CAPÍTULO XLVII




Shuu Sakamaki, a lo largo de su joven vida había tenido muchas reuniones, compromisos y demandas como el mayor hijo del rey. Cuando era pequeño los demás se asombraban con su hermoso y tierno rostro, era un ángel entre las reuniones sociales, los adultos lo alababan sin parar, al crecer sus dotes como líder y genio en los estudios así como la espada le hicieron foco de mucha atención. Los bailes eran como un campo de batalla más, las personas ocultaban sus emociones y la etiqueta era visible entre las familias más aristócratas, mujeres lo rodeaban sonrientes a la espera de su oportunidad para ser su compañera. Bailar con un príncipe, sobre todo él, significaba un lugar dentro de los círculos más nobles y poderosos, cansado de esta falsa atención un alegre sentimiento lo invadió al entrar a este baile de máscaras. Personas nobles o no podían sentirse en las nubes al rodearse desconocidos que no ansiaban su posición social y estatus.

Por ello lo que menos pretendía era llamar la atención en este tipo de reunión. Pero apenas dejó que la pequeña rubia sea llevada se había puesto ansioso por su próximo movimiento, se abstuvo de involucrarse más de lo necesario con los asuntos de sus hermanos menores, tenía suficientes problemas sanguíneos con uno como para volverse enemigo público del resto de ellos.

Y sin embargo los murmullos audibles atrajeron su atención mucho más que la hermosa canción que entonaba el salón. Decidió echar un vistazo al asunto siguiendo su intuición que algo malo ocurría. Cuando se acercó al centro de personas acumuladas pudo identificar a cuatro de sus hermanos menores teniendo una riña, normalmente ninguno se relacionaba más con el otro a menos que fuese una discusión y lo único que parecía sobresalir entre las figuras de su jóvenes hermanos era un mujer de mirada ingenua con hermosos vestido escarlata con una obvia presión en el rostro.

Se sentía agobiado el solo mirarla asustada entre aquellos hombres, y sin apenas pensarlo tuvo que interferir en la pelea.

—Dejen de causarle problemas innecesarios—pronunció firme alejando a Yui de los demás

—¿Shuu-san?



(...) 



Yuma se quedó prendido de una imagen visual muy atractiva a los ojos. Un joven hombre que cantaba con espíritu se observaba pasear en un pequeño escenario donde lo acompañaban otras personas tocando instrumentos para ir acorde al cantante.

Kou bajo la mirada para ver a las personas bailar con su voz, y entre el tumulto halló a un personaje conocido, un hombre alto vestido formalmente sin un saco con una camisa remangada como si tuviese calor, encima llevaba un chaleco azabache abierto y debajo una chaqueta sin mangas gris abotonado, este hombre tenía el pelo amarrado como era habitual y sus labios indicaban satisfacción al verlo.

El cantante rubio sonrió divertido por la repentina visita de su hermano y no pudo evitar poner más pasión a su canción, que sabía era un tema que había creado cuando era pequeño, y los recuerdos desbordaban como su emoción al rememorar cómo había conocido a Yuma.

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