『MI PROPIEDAD PRIVADA』

[35] Rosa Blanca (PARTE 2)

♔ CAPITULO XXXV ♔

•Marchita•

►Año 1283◄

》Habitación del Rey《

-Como puede ver, el Rey no lograra recuperarse esta vez-manifestó Seiji el mayordomo principal

-¡¿No hay nada que se pueda hacer?!, ¡¿Que dijo el doctor?!, ¡No puedo aceptar que simplemente esta enfermedad no se pueda curar!-expreso frustrado hacia su sirviente, quien se mantenía firme ante su desesperación

-Tougo-sama, por favor entienda, a su padre ya no le queda mucho tiempo de vida-señalo con la mirada al viejo rey quien descansaba en su cama con múltiples llagas en su cuerpo

-N-No lo puedo creer....mi padre va a....

Seiji entendía la tristeza que se difundía en el interior de su joven príncipe, pero a pesar de too debía darle una importante noticia.

-Tougo-sama, debo decirle una cosa mas-respiro hondo y expuso-Su padre, el Rey me pidió que le informara acerca de lo quería que usted haga como ultima voluntad hacia el reino Haunted

Como si la chispa de esperanza hubiera vuelto a renacer en el, su mirada volvió a brillar, intrigado escucho atento

Si puedo hacer algo por mi padre, incluso si es solo esto lo haré

-¿De que se trata?-pregunto serio

(...)

Los próximos días se dio un enorme acontecimiento que regocijo al pueblo entero de Haunted, alzando las voces de todos en alegres gritos y una dicha por fin experimentada, y es que el príncipe Karl, quien se había vuelto el Rey por el fallecimiento de su padre hace poco, consiguió casarse con la hija del mayor acaudalado del Reino Britt, un señor Feudal con mucho poder y tierras en ese imperio, que ahora pasarían a ser parte del Reino Haunted, gracias al matrimonio entre la joven Beatrix, hija del Terrateniente, y el joven Príncipe Karl.

》Baile《

El día de la boda ya había sido celebrado, pero como ceremonia de bienvenida, los dos esposos invitaron a una fiesta a sus conocidos y otras personas importantes del mismo País

-Felicidades Tougo-sonrió a secas la hermosa joven de vestido azul cielo con bordados en el escote redondo corte imperio

-Gracias Christa-dijo incomodo, puesto que sabia que ella lo decía sin verdadera alegría

El interminable silencio entre ambos se veía opacado con la sinfonía de alegre notas musicales que llenaban el salón de baile

-¿Por que decidiste invitarme?-pregunto entristecida con la mirada perdida-¿Acaso pretendías hacerme sufrir mas de lo que ya haz hecho?-oculto sus síntomas de querer llorar ahí mismo