Capitulo 10

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• Luke •

   —¡Luke! —gritó Heather con una sonrisa pícara en su rostro luego de que le diera una palmada en el trasero al pasar de camino.

   Le sonrío con pura coquetería y planto un beso en su mejilla, no muy lejos de sus labios. Sus ojos grises azulados me recorrieron de arriba abajo como si fuese la primera vez que me ve en uniforme, pero supongo que me gustaba usarlo diferente a los demás. La camisa blanca abotonada la llevaba un poco abierta, casi permitiendo que se notasen los vellos de mi pecho, y la chaqueta siempre reposaba sobre mis hombros porque nunca tenía verdadera intención de ponerla. Por otro lado, Heather usaba su falda de uniforme más corta de lo normal, y tenía su camisa lo suficientemente desabrochada para mostrar un poco su escote. Supongo que llevar la ropa diferente era algo que teníamos en común. 

   Heather era increíblemente sexy. Me atrevía a decir que era la chica más deseada del Instituto precisamente por ser la que más llamaba la atención. Tenía un cuerpo esbelto y sensual, estatura ideal y sonrisa encantadora. Sus ojos claros hacían perfecto contraste con su cabello rubio oscuro y esto sólo provocaba que luciese más llamativa y exótica. Por supuesto, Heather era animadora y, aunque no la líder, ocupaba un logar notable en el equipo por siempre esperarse a hacer bien sus entrenamientos. Me gustaba verla en el campo de rugby cuando yo debía entrenar.

   La había conocido años atrás cuando se transfirió a esta escuela y, para mi suerte, congeniamos casi al instante. Yo he estado toda mi vida estudiando en el Fraternel. Ella venía de Melbourne, y casi desde ese entonces, habíamos tenido esta situación de amigos con beneficio. 

   Bueno, no la consideraba exactamente mi amiga. Me refiero a que no era alguien a quien le le confiase algún dato relevante sobre mí o un secreto que no muchos pudiesen conocer. No porque lo revelaría a todo el mundo en sus típicas sesiones de cotilleo con el resto de las chicas, sino simplemente porque yo no era un chico de contar demasiado sobre su vida. ¿Existía el término conocidos con beneficio? No lo creo.

   —¿Nuestros horarios coinciden? —preguntó ella alejándose de sus amigas para caminar conmigo. Yo me encogí de hombros y le tendí el itinerario de clases —. Inglés, geografía, biología... Sólo esas —dijo. Noté un tono de decepción en su voz —. Nos veremos después de clases, ¿verdad?

   Me regaló una de sus amplias sonrisas y no pude evitar devolverle el gesto.

   —No lo sé, preciosa. Tengo asuntos pendientes. —Mentí. No tenía ánimos para lidiar con su actitud entusiasta esta tarde.

   A decir verdad, estaba un poco decaído. Creo que el hecho de que Bethany Thompson estuviera en mi casa, comiéndose mi comida y robándose la atención me ponía furioso. Lo peor es que no había pasado siquiera una semana y ya se me hacía irritante la situación, como si mamá no estuviese lo suficientemente conforme conmigo y Katie. Ella por lo general estaba llena de buenas ideas, pero creo que esta ha sido la peor que se le ha ocurrido en toda su vida, sin mencionar que ha sido bastante imprudente.

   Heather me hizo un puchero y ató su cabello en una sexy cola de caballo. Se veía aún mejor cuando se peinaba de esa manera.

   —No es justo, ¿sabes? He estado esperando verte más tarde.

   —Te prometo que te lo voy a compensar. —Dije para que no discutiera.

   —Bueno, aún espero que compenses lo de lavagirl y la blusa amarilla —alza una de sus rubias cejas —. Algo bastante extraño para un chico que la odia.

   —También soy un chico que hace cosas de las que luego se arrepiente. —Frunzo el ceño, más molesto conmigo mismo que cualquier cosa.

   —Sí, creo que eres bastante bueno en eso.

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