Capitulo 38

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Ahora sí, denle play a esas canciones tristes.

• Luke •

nuestros recuerdos, bueno, pueden ser atractivos, pero algunos son absolutamente aterradores   

   Subo al autobús entre una devastación y una furia impía. No volteo a mirar a nadie a pesar de que todo el mundo me observa descaradamente. Camino hasta el final, aún con los auriculares puestos y la música retumbando en mis oídos. Tomo lugar en el asiento frío, lleno de pesar, porque todo parece gris y más triste desde lo ocurrido. 

mientras morimos tú y yo, con la cabeza en las manos, me siento y lloro

   Quiero desesperadamente no verme afectado por esto. Quiero fingir que no me importa, que Bethany se puede ir a la mismísima mierda y realmente no estoy alterado por eso, pero no es cierto, y por más que intento, no puedo pretender estarlo. Duele, y es una mierda.

no hables, sé lo que estás diciendo

así que por favor deja de explicar

y no me lo digas, porque duele

   Mi corazón se siente pesado. Mi estómago duele, pero no es un dolor normal, como cuando comes mucha comida picante y se las cobra con retorcijos y gases, más bien era un vacío, uno hondo, tal cual si me hubieran caído a puñetazos una, y otra, y otra vez. Creo que eso fue lo que pasó exactamente: recibí golpes de dos personas que jamás creí que me pudieran traicionar.

no hables, sé lo que estás pensando

y no necesito tus razones

no me lo digas, porque duele

   Y sé que escuchar música triste no ayudaba en un carajo. Sé que lo más sensato sería que intentara recomponerme y pensar en otra cosa, pero los recuerdos involuntarios afloraban en mi mente, envenenándome cada vez más, sumergiéndome en un mar de aflicciones de las que no me podría deshacer fácilmente. En realidad, no siento que lo pueda hacer nunca.

tú y yo

puedo ver que morimos

¿no es así?

   Maldigo en mi mente una y otra vez mientras el resto de estudiantes sube al autobús. Miro a la ventana e ignoro a todos, incluyendo a mis amigos. Sólo puedo pensar en la catástrofe de la noche anterior. Ni siquiera me siento humillado, de hecho, es lo que menos me importa. Me siento decepcionado, roto y abatido, porque nunca me habían visto tanto la cara de imbécil.

   Como no me di la oportunidad de sentir nada anoche, mucho menos pensar, fue en ese momento en el que me di cuenta de que nada iba a tener vuelta atrás. Era imposible que pudiera ser como antes de nuevo alguna vez. Por más que quisiera volver a ese sentimiento de que todo entre nosotros estaba bajo control, creo que ese fue el maldito problema. Nada estaba bajo mi control, y probablemente nunca lo estuvo. Sentí que caí como un insecto en una telaraña de profundo desaliento.

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