Capitulo 17

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• Bridget •

   —¡Auch! ¡Esto no está funcionando! —me quejé, intentando apartar la esponja llena de corrector que Anna pasaba sobre mi ojo magullado.

   —¿Podrías confiar en mí? Yo sé lo que hago, Beth, —Respondió impaciente, rodando los ojos.

   A pesar de que esto no fue exactamente mi idea, no me rehusé luego de ganarme una ola de miradas significativas por parte de todo el instituto; sin contar la cara de terror de Zeke al verme más temprano esa mañana.

   Mi cara dolía como el infierno. No podía siquiera bajar la vista para escribir las clases en mi libreta sin sentir que mi ojo iba a salirse de su órbita. Casi la mitad de mi rostro era una asquerosa masa en tonos verdes y morados, es por eso que Anna no dudó en aplicar sus grandes habilidades de maquillista sobre mí, o eso es lo que ella decía ser.

   Un vapor inexplicable emanaba de mi cuerpo y las gotas de sudor no tardaron en correr por mi frente y espalda. A pesar de que mi cabello estaba atado, lo sentía espeso y pesado, y esto solo aumentaba mi mal humor.

   He intentado ocupar mis pensamientos con cualquier cosa que no me hiciera recordar los acontecimientos de la noche anterior, sobre todo la parte en la que el pánico se apoderó de todo mi cuerpo y no encontré más salida que pedirle a Luke su compañía. La verdad es que no quería hacerlo. No quiero estar cerca de él de nuevo nunca más. La única razón de haberlo llamado fue porque sentí que moriría, con mi corazón corriendo como loco en mi pecho, mi respiración entrecortada y Sam sin responder su maldito móvil. No es algo que no haya pasado anteriormente; a decir verdad, tengo ataques de pánico constantes y, en cada uno necesito a alguien a mi lado, solo por si me muero de verdad.

   Internamente si me sentía agradecida de la aparición de Luke la pasada noche. Quiero decir, por alguna razón inexplicable es la única persona que me hace sentir en calma cuando mi mente va a mil kilómetros por hora. Su mera presencia lograba que mi tormenta se aquietara, y eso me aterraba. No quería ser dependiente de una persona para sentirme mejor, ese era un juego peligroso. ¿Qué pasará cuándo Luke no esté?

   Por esa razón le dije que eso no podía repetirse. Tenía miedo de él y de la extraña conexión que había entre nosotros. Como si nada malo pudiera pasar estando cerca de él. Estoy segura que sólo yo lo sentía. Dudo que Luke Hemmings note cosas como esas.

   —¿Ya ves? ¡Como si nada hubiese pasado! —exclamó Anna frente a mí, aparentemente orgullosa de su obra de arte.

   Me volteo al espejo detrás de mí y no puedo evitar sorprenderme por como mi amiga había desaparecido el moretón casi por completo, e incluso dibujó unas pequeñas pecas sobre el corrector para hacerlo ver más natural. Definitivamente, tenía talento.

   —¡Es asombroso! —le felicité —. Gracias, Anna. ¿Crees que puedas repetir esto más tarde para mi cita?

   —Ni siquiera tienes que pedírmelo, B —respondió, recogiendo el desastre de maquillaje que había dejado sobre el lavabo del baño de chicas y guardando todo en un bonito estuche de lentejuelas tornasoladas —. Es indispensable que te ayude a escoger tu atuendo para hoy en la noche, no estoy segura de confiar en tus gustos de moda. ¿Ya sabes a dónde irán?

   —Pretenderé que no dijiste que tengo mal gusto —dije con desgana, bajándome del lavabo donde me encontraba sentada —. De todas maneras, no lo ha mencionado. ¿Eso importa?

   Anna me miró como si estuviera loca.

   —¡Pues claro que sí! No te puedes vestir igual para todos los lugares —riñó echando la mochila sobre su hombro —. No es lo mismo ir a un restaurante lujoso que una cita en un parque de diversiones.

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