Capitulo 44

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• Luke •

   —¡¿Me pueden explicar qué mierda significa esto?!

   Estoy completamente pasmado en medio de mi habitación. Soy incapaz de moverme o de siquiera emitir un sonido, porque el terror se ha apoderado de cada milímetro de mi cuerpo hasta el punto de congelarme en el sitio. 

   La cara pálida de mi padre se ha tornado roja de la indignación, y sus cejas bailan una danza entre la confusión y el desconcierto. Quiero salir corriendo. Quiero que la tierra bajo mis pies de pronto se abra y me consuma, pero eso no iba a pasar. Debía enfrentar esta situación como un hombre. Algo que yo mismo había provocado y algo a lo que no debimos darle tanta larga para hablar.

   Miro a Bridget buscando un poco de consuelo, pero ella lucía como si se iba a desmayar. Será mejor que hable ahora o todo se pondrá aún más de cabeza.

   —Te lo puedo explicar. —Mi voz sale ronca y baja, pero es lo único que soy capaz de decir.

   —¡Y será mejor que lo hagas, Luke Robert! —exclamó encolerizado. 

   —¡Pero no grites!

   —¡¿Y cómo no voy a gritar si los encuentro a ambos así?! —una vena saltó de su cuello por la fuerza que usó al bramar —. ¡Yo sabía que esto terminaría siendo una mala idea! 

   La respiración agitada de la pelirroja a mi lado era incluso perceptible desde donde yo me encontraba. La conozco demasiado bien. Sabía que entraría en pánico en menos de lo que canta un gallo, si es que no lo estaba ya.

   —¿Podemos vestirnos primero y después hablar como personas civilizadas? —propuse en una voz más calmada.

   Mi padre me miró, luego a Bri de pie a un lado de la puerta del baño; ella aún cubría su cuerpo con tan solo una toalla. Yo apenas vestía mis vaqueros, y estuve a punto de colocarme la camisa justo cuando mi padre entró a la habitación. Había escuchado la algarabía de su asombro cuando dio un pie en el apartamento, porque nuestra ropa aún yacía en el suelo por los acalorados besos que compartimos la noche anterior. Estoy seguro de que no fue una fácil imagen para digerir, y fue mucho peor cuando se dio cuenta de que la chica involucrada se trataba de Bridget.

   Mi cabello goteaba agua fría sobre la piel de mis hombros por la ducha que apenas había tomado y se deslizaban por mi espalda, y Bri también chorreaba por todo su cuerpo dejando un charco de agua bajo sus pies. Creo que no era la mejor forma para enfrentar este problema.

   Papá soltó un suspiro tan largo que pensé que se desinflaría como un globo.

   —Los espero en la sala.

   Espero a que esté completamente fuera de la habitación para dirigirme hasta Bridget. Su rostro estaba tan pálido que parecía porcelana. Los labios naturalmente rojos se encontraban carentes de color, y un ligero temblor denotaba con un movimiento casi perceptible en el labio inferior. Estaba presa del miedo.

   —Rojita...

   —Me van a enviar a Los Ángeles —musita en un hilo de voz, pero es lo suficientemente sonoro para que yo escuche —. No me dejarán seguir aquí, Luke.

   —Yo no voy a dejar que eso pase, ¿me oyes? —alcé su mentón para que me mirase —. Tú no te vas a ninguna parte.

   —No lo sabes —el tono quebradizo de sus palabras me indicó que lloraría en cualquier momento —. No es algo que puedas detener.

   —Si puedo —aseguré con firmeza —. Y si te vas, a donde sea, yo iré contigo.

   Bridget niega con la cabeza. Un par de lágrimas se deslizan por sus mejillas.

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