•Bridget•
Despierto la mañana siguiente con demasiado calor. El aire acondicionado parecía estar apagado y pequeñas gotas de sudor se acumulaban en mi frente y nariz.
En Los Ángeles era invierno este mes. Estaba adaptándome a las temperaturas frías justo antes de mudarme a Sídney, donde aquí en febrero era verano, y el clima era mucho más caluroso que incluso los meses más cálidos en Los Ángeles. Era un poco tedioso.
Aquí todo era de cabeza. El año escolar empezaba a principios de febrero y en mi escuela anterior todo comenzaba en agosto. Aún recuerdo todas las tediosas pruebas y exámenes que tuve que hacer para saltarme los cuatro meses que faltaban para culminar el onceavo año y no tener que repetirlo acá. Suerte para mí, funcionó. Aunque estoy segura de que la directora movió sus influencias por el cariño que me tiene al ser la nieta de su amiga, sin embargo, no me importaba. Yo sólo quería salir de Los Ángeles cuanto antes.
Por un instante, me sentí acorralada entre dos altas paredes. Me senté rápidamente antes de que me diera un ataque de claustrofobia. El movimiento brusco provocó un horrible mareo y mi vista se nubló por completo. Cerré mis ojos con fuerza hasta que la sensación se desvaneció. Cuando los abrí, el gran cuerpo de Luke fue lo primero que mis ojos divisaron. Abarcaba más de la mitad de mi cama; su boca estaba ligeramente abierta y la camisa se le había subido un poco para mostrar unos increíbles abdominales de piedra.
Fui recordando los acontecimientos de la noche anterior como un reproductor en alta velocidad en mi cabeza. Había tenido una pesadilla, o más bien, había soñado un recuerdo. Se trataba de una de las muchas veces que habían abusado de mí. De la vez que me había golpeado tan fuerte porque le quise hacer tomar sus medicinas. Recuerdo estar casi inconsciente en el piso de la pequeña cocina. Aturdida. Mi mente rememoraba cortos fragmentos de lo ocurrido, como si una luz se apagara y se encendiera en mi cerebro, y casi entro en pánico cuando recordé como sus asquerosas manos quitaban toda mi ropa.
No me iba a permitir llorar de nuevo. No ahora. Ya había tenido suficiente.
De todas maneras, no podía concentrarme bien de solo pensar que había dormido con Luke estando así de cerca.
A tan corta distancia, pude notar un rastrojo de barba rubia y también unas pecas muy claras en su frente.
Mierda, era hermoso, y realmente rubio. Inclusive sus pestañas eran amarillas como el sol.
No pude evitar acariciar su cabello con mi mano. Por primera vez anoche habíamos tenido paciencia el uno con el otro. Supongo que él estaba demasiado cansado para odiarme, y para mí, la rutina de ignorarnos se me había vuelto monótona y aburrida. Además, creo que si no le hubiese ayudado y preparado la cena, él hubiera muerto de hambre o por la terrible jaqueca.
Por otro lado, estaba completamente agradecida por quedarse conmigo la noche anterior. Llegué a pensar que se iba a ir para cuando despertase, y sin embargo aquí estaba. Generalmente, cuando las pesadillas llegaban, Sam se escurría por mi ventana y me ayudaba a dormir, que era un difícil y arduo trabajo. Con Luke fue sencillo, no tardé más de dos minutos en quedarme profundamente dormida, y eso no había pasado nunca antes.
Poco a poco él abrió sus hermosos ojos azules, seguramente por mi tacto. Yo en seguida aparté la mano.
—Lo siento. —Susurré. No sé por qué me disculpaba, quizás por haberlo despertado anoche y haberlo obligado a quedarse; o porque lo levanté justo ahora con mi caricia estúpida. No sé por qué hice eso.
Sin embargo, él tomó mi mano y la volvió a poner en su cabello. Yo me sorprendí, pero seguí abriendo y cerrando mis dedos como lo había estado haciendo hace un momento.
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Fugitiva
FanfictionTras cumplir los diecisiete años, Bridget Blackwell ha tomado la precipitada decisión de transferirse a un instituto al otro lado del mundo en su último año. Ella pensó que eso la alejaría de todos sus antiguos conflictos en casa, pero ahora, tendrá...