• Luke •
—¿Te puedes quedar quieto? —demanda Blake con fastidio.
—Han pasado quince minutos. —Dije con nerviosismo, moviendo mis piernas agitado.
—Es una histeroscopia, Luke. Duran hasta treinta minutos.
Abro los ojos como platos.
—¿Qué? ¡Treinta minutos es demasiado!
Él rueda los ojos, extendiéndome un poco de café, pero me negué a tomar nada.
—Dios mío, cálmate. Está en manos de tu hermano. No le va a pasar nada.
—¿En serio crees que me relaja pensar que mi hermano le está viendo la vagina a Bethany?
Blake me mira, por un momento breve, y entonces estalla en risas.
El sangrado de Bridget no había parado hasta después de una semana, pero por fortuna, sus dolores sí habían disminuido. La cirugía fue programada para diez días después luego de aquella noche en el hospital, y mamá se había encargado de que Jack estuviese en la operación vigilando que saliera bien. Me daba alivio, pero incomodidad a la vez.
Ella y yo estábamos bien. Seguíamos durmiendo juntos (a veces), seguíamos saliendo a diferentes lugares (a veces), y yo seguía besando la punta de su nariz y llamándola rojita (siempre). Sin embargo, ambos estábamos más enfocados en otras cosas. Ya no teníamos esa relación de antes, de hecho, ya no la besaba como habitualmente sucedía; no porque no quisiera, sino porque quería mantener mi posición de que ella se enfocara en sanar, y lo estaba haciendo.
Bridget seguía asistiendo a sus terapias en las tardes, y la mejora era notable. Su ansiedad estaba más controlada, se concentraba en sus clases, salía con sus amigos, y practicaba todos los días para un concurso de talentos en el que participaría. Era un regalo diario para mí escucharla tocar en su habitación, incluso cuando no le salía y maldecía improperios en voz alta.
Era una lucha diaria no confundirme con su nombre ahora. Cuando me enteré de ello, estaba tan malditamente colérico que no fui capaz de siquiera verla. Estaba harto de las mentiras, e igual de hastiado de que me ocultara cosas, pero al final, lo entendí. Supe que si ella hizo todo eso fue porque tenía razones para hacerlo. Sé que ella confiaba en mí, así como yo confío en que ella no me esconde nada que me haga verla diferente. En realidad, no creo que eso sea posible.
También era una maldita tortura no comerla a besos todos los días como lo solía hacer. Me saqué el autocontrol del culo y decidí ser un jodido hombre esta vez. No quería hacer las cosas mal, no con ella, y sé que hice lo correcto, a pesar de que no era precisamente lo que quería. No siempre lo mejor que pasa es lo que uno quiere, pero es lo que se debe hacer.
Ella tenía que enamorarse de ella misma antes que enamorarse de mí.
Hoy la había acompañado al hospital. Por supuesto, Jack le dijo a mis padres una media verdad acompañada de una ingeniosa mentira, pero fue lo suficiente para no preocuparlos y a la vez que se enterasen de la cirugía que necesitaba. Mamá se volvió loca, como siempre, pero se mantuvo al margen y estuvo pegada al culo de Bridget por los siguientes días. Tuve que convencerlos de que no faltaran a su trabajo porque yo vendría con ella, y que de todas formas Jack estaría al pendiente. Ambos aceptaron, y le pedí a Blake compañía, al que también le dije una media verdad.
—No puede ser, Luke... —seguía riendo —. Yo nunca lo... nunca lo —aún reía. Lo iba a golpear —. ¡Nunca hubiese pensado esa mierda!
—Si, bueno, no es tu chica la que está ahí. —Dije descontento.
Blake se secó unas lágrimas con dramatismo que la gracia le había provocado.
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Fugitiva
FanfictionTras cumplir los diecisiete años, Bridget Blackwell ha tomado la precipitada decisión de transferirse a un instituto al otro lado del mundo en su último año. Ella pensó que eso la alejaría de todos sus antiguos conflictos en casa, pero ahora, tendrá...