Capítulo 7: Kohaku

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No volvimos a hablar de ese día, aunque él quiso tocar el tema un montón de veces más, yo no se lo permití; él debió entender que no quería, que no estaba lista para hablar de ello, y lo respetó. Nuestras demás conversaciones siguieron normales, o eso quería pensar.

-Este lunes te cambias de escuela. –Dijo de repente durante la cena.

-¿Qué?, ¿por qué?

-Sabes perfectamente por qué y sé que no querrás hablar de eso, así que solo has lo que te digo; ya le avisé a tu hermana.

-¿En serio? –Tardé un par de segundos en comprender lo feliz que me hizo aquella notica. Alguna vez había pensado en que esa sería la solución, aunque nunca había podido decírselo a mi hermana. –Gracias, Sesshomaru. –Le dije sonriendo.

Entonces, de la nada, una sonrisa como nunca le había visto se formó en su rostro, mostrando un poco sus blancos dientes, fue... fue muy lindo.

-¿Qué? –Quería conocer el motivo de tan bella sonrisa.

-Es que... casi nunca me llamas por mi nombre. –Dijo haciendo su sonrisa un poco más amplia. Ante la confesión sentí el calor subir a mis mejillas y mi corazón acelerarse por un segundo. –Iremos este fin de semana a comprar tu uniforme.

¿Fue tanta su preocupación por mí? ¿Desde cuándo había buscado otra escuela? ¿Le habrá costado mucho tiempo? ¿Hice que se molestara demasiado? ¿Me odiará por haberlo hecho buscar otra escuela?

No duró mucho ese sentimiento de alivio y felicidad; al principio creí que fue lindo de su parte, pero después la culpa que sentí me hizo pensar lo peor. Aunque luego de ese gesto, había algo en la presencia de Sesshomaru que desde entonces ya no me dejaba estar tranquila, como si con tan solo verlo o escucharlo, mi corazón palpitaba más rápido de lo normal.

El fin de semana llegó rápidamente, y justo como lo había dicho, fuimos al centro comercial a comprar mi uniforme. Había investigado un poco de la nueva escuela en cuanto él me dijo el nombre; y la verdad era que en las fotografías se veía preciosa, y el uniforme era mucho más bonito que el del otro instituto.

Nunca había salido con él, así que estaba un poco nerviosa. Incluso hice un lío tratando de decidir qué ropa usar, decidiéndome finalmente por un vestido naranja a cuadros. Estaba un poco nerviosa, hasta que él inició una charla en el camino.

-¿Ya sabes cómo será la nueva escuela?

-Sí, la busqué en internet, es hermosa... Muchas gracias, y perdona por obligarte a hacer eso, debió quitarte mucho tiempo.

-No digas tonterías. ¿Crees que al verte así iba a dejar que volvieras a ese lugar? Tienes suerte de que no hice un escándalo, ¿sabes lo irresponsable que es por parte de los idiotas que manejan la escuela no darse cuenta de todo lo que te hacían? Es más, debí demandar a todos esos imbéciles.

-¡No! –Me apresuré a decir. –Por favor no hagas eso, con el cambio es suficiente.

El dejó escapar una ristita burlona. Y continuamos hablando de otras cosas.

Mientras caminábamos por los pasillos del centro comercial, descubrí que era intolerante a lactosa, y que gracias a InuYasha y los bruscos juegos que armaban de niños, tenía una cicatriz en su brazo izquierdo.

-Buen día, ¿en qué puedo ayudarles? –Nos habló una mujer que nos recibía en la entrada de uno de los locales, vestida con un elegante uniforme.

-Vinimos a buscar el uniforme del Instituto Sengoku.

-Bueno, no sé si lo tenemos, es mitad de curso así que no nos han llegados suministros de esa escuela, es algo difícil de conseguir, pero déjeme ver qué puedo hacer. –Me miró. –Pero vaya, su hermana es muy pequeña, es imposible pensar que ya vaya en la preparatoria, tendremos que buscar una talla muy pequeñita. –Dijo sonriente y se fue.

Nos pertenecemos (Finalizado)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora