Capítulo 33: Vete

694 98 53
                                    

-Rin. –Me nombró con dulzura. –Dime qué pasó.

Me avergoncé de mí misma, me dio pena que ellos hayan visto esa foto, no quería contarles porque me sentía patética. Pero ellos estaban dispuestos a escuchar y quizá a ayudarme a salir adelante, después de todo se trataba de mi hermana mayor.

-Perdóname, Kagome. –Primero debía disculparme, la culpa me carcomía.

-¿Perdonarte por qué? Tú no hiciste nada malo. Rin, sé que nunca hemos hablado bien de esto, y es todo mi culpa. Pero, no fue tu culpa confiar en alguien, no fue tu culpa creer en alguien; estar en una relación no es todo abrazos, momentos lindos o color de rosa; también significa confiar, y eso no es malo, no fue tu culpa darle tu cariño a alguien equivocado. Tú no tienes la culpa de nada. –Me explicó con dulzura. –Tampoco debes sentir vergüenza por la foto, quien debería hacerlo es quien la publicó, tú solo confiaste.

-Es que no es solo eso... Yo... La persona equivocada de quien me enamoré fue de Sesshomaru, la persona quien me tomó la foto fue Sesshomaru, con quien estuve esa noche fue Sesshomaru, he estado saliendo con él desde hace un tiempo. –Le dije entre llantos. –Kagome, yo lo quiero, me gusta mucho, no tienes idea de cuánto. Perdóname por ocultártelo.

InuYasha carraspeó disgustado y Kagome soltó un pesado suspiro. A decir verdad, creía que al enterarse, InuYasha se pondría a maldecir por todos lados y Kagome se pondría histérica; pero no obtuve nada más que ese carraspeo y ese suspiro.

-Lo sé, Rin. –Respondió con una paciencia abrumadora, casi de ensueño.

-¿L...lo sabes? ¿Cómo?

-Rin, InuYasha y yo sospechamos que se gustaban desde hace tiempo. No te lo dijimos, pero desde que nos fuimos a nuestras vacaciones hablábamos por teléfono con Sesshomaru para asegurarnos de que estuvieras bien. Nos contó lo mucho que se preocupaba por ti, nos contó por qué te quiso cambiar de escuela de inmediato, nos contó que se estaba esforzando por llevarse bien contigo. Al principio creíamos que se trataba de un cariño de amigos o de hermano mayor, pero cuando hablaba de ti lo hacía en un tono completamente distinto a como habla siempre, resaltaba tus cualidades cada que tenía oportunidad, aunque él no lo mostrara, podíamos darnos cuenta de que estaba cautivado por ti.

-¡Khe! Yo fui quien se dio cuenta primero. –Señaló InuYasha. –Lo que siguió después fue averiguar si a ti también te gustaba, eso fue más difícil, eras mejor que ese tonto para disimular. Era muy contradictorio que él fuera más transparente que tú.

-Cuando regresamos lo confirmamos. La forma en que se miraban, en la que se hablaban el uno al otro, la forma en la que actuaban tan complementados e incluso cuando hacían bromas que solo ustedes podían entender; nos dimos cuenta de que Seshsomaru y tú estaban enamorados. Me decepcioné de mí misma cuando Sesshomaru se dio cuenta de lo mucho que sufrías en tu anterior escuela y yo no, pero desde entonces supe que él podría cuidarte de cualquier cosa y quererte mucho.

-¿Q...qué? ¿Así de simple?

-Admito que nos tomó por sorpresa al principio, se nos hizo un poco extraño, es que los dos son tan diferentes, además él es algo mayor que tú. Pero al ver cómo se comportaban y se miraban, al saber que él se preocupaba tanto por ti y sabiendo que te cuidaba como lo más valioso del mundo, no se nos hizo tan mala idea que estuvieras con él; además sabía que lo querías y él a ti, que estarías bien con él. Solo estábamos esperando a que se sintieran listos para contárnoslo.

-O al menos eso pensábamos hasta ahora. –La interrumpió InuYasha. –¿Cómo es que ese maldito estúpido se atreve a hacer eso? Sesshomaru, me las va a pagar.

Cuando InuYasha lo nombró, mi teléfono sonó en tono de llamada, era Sesshomaru, quien además ya había enviado varios mensajes preguntándome dónde estaba.

Nos pertenecemos (Finalizado)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora