Capítulo 56: Vida

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Nuestra vida pareció acoplarse a la perfección cuando Sesshomaru regresó. Fue como si, a pesar de estar físicamente separados, nuestros corazones siempre estuvieron unidos. Porque, de algún modo u otro, siempre supe que regresaría, su carta fue lo que me hizo tener fuerza y esperarlo. Viví feliz lejos de él aguardando su regreso, y cuando volvió a estar a mi lado todo se acomodó con delicadeza en mi vida; su existencia en mi mundo había regresado de una manera tan eminente que volver a estar a su lado convertía cada segundo en un precioso recuerdo.

Él era a quien más amaba, era con quien quería pasar el resto de mi vida. Y algo dentro de mí me decía que así sería.

Fuimos felices juntos por mucho tiempo, él se apoderó de mi rutina de una manera tan sublime que tardé en darme cuenta, sin embargo, era precioso; tejió hermosas memorias tomando nuestros días como hilos, y cada mirada suya parecía sumarme un año más de vida.

-¿Te vas ya, Rin? –Uno de mis superiores me interceptó en la entrada, se trataba del director del cuerpo de cirujanos.

-Así es, no regresaré hasta dentro de dos meses por mi graduación.

-Es verdad, felicidades.

-Gracias.

-¿Te parece bien si algún día de estos te llevo a celebrar a alguna parte? Tal vez alguna cena o algo así.

-No creo que sea posible, pero gracias, doctor.

-Podemos acordar un horario, cuando estés desocupada.

-Es muy amable, pero...

-Pero tiene novio. –Sesshomaru apareció tras de mí hablando malhumorado y con una cara de pocos amigos, casi siempre lucía intimidante, pero cuando se lo proponía sí que era aterrador. –¿Es tu compañero de trabajo, cielo? –Inquirió con gruesa voz enfatizando el apodo cariñoso.

-Es mi superior. –Exhalé cansada. –Sesshomaru, él es el doctor Otomi, doctor Otomi, Sesshomaru Taisho mi...

-Su novio, doctor... ¿cómo dijiste que era su apellido? Lo olvidé en menos de un segundo. –Completó con autoridad.

-Nos vemos después, doctor. –Traté de sonar lo más amable posible y me alejé de ahí.

Sesshomaru me alcanzó en solo unos segundos, al parecer no había notado lo enojada que estaba. Evidentemente no todo marchaba siempre a la perfección, había veces en las que sus celos y posesividad eran problemáticos; no lo suficiente como para preocuparse, pero no podía negar que a veces era tedioso.

-¿Por qué hiciste eso? –Le reclamé sin poder contenerme.

-¿Hacer qué? –De verdad parecía que no lo sabía.

-Ya hablamos muchas veces de esto, debes controlarte. Hace un minuto parecía que ibas a matar a mi superior, te dije que me quedaré en este hospital después de la graduación, ahora solo será incómodo cuando me lo encuentre.

-Él te estaba invitando a salir.

-Pero lo rechacé amablemente. ¿Y qué haces? Llegas como depredador o no sé qué a presumir que eres mi novio.

-Pero él te insistió.

-Y lo volví a rechazar... Siempre dices que confías en mí, pero cuando pasan estas cosas no puedes evitar ser un grosero. –Uno de mis compañeros ya tiene miedo de hablarme por lo que hiciste la última vez.

-Perdón. –Bufó entre dientes. –No debí hacer eso frente a tu colega. Pero es que son tantas veces en las que han intentado invitarte a salir, no puedo evitar preocuparme.

Nos pertenecemos (Finalizado)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora