Capítulo 43: Te veo el lunes

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No pude dormir en toda la noche por pensar en lo que le había dicho a Sesshomaru, por pensar en lo que él había dicho. No pude dormir casi nada por darme cuenta de que quizá lo amaba y con ello estaba traicionando a Kohaku. Por eso, me levanté temprano a preparar el desayuno para todos.

-Buenos días. –Saludé a mis hermanos y a InuYasha cuando los vi bajando las escaleras.

-Madrugaste, ¿quieres acaso pedir permiso para algo importante o algo así? –Inquirió Kagome.

-Nada de eso, solo no podía dormir.

-Genial, comeremos carne. –Exclamó InuYasha sentándose a la mesa y disponiéndose a servirse.

-Ah no, hermano, yo le eché primero el ojo a ese pedazo, se ve que es el más grande. –Lo retó Souta ganándole la pieza de filete y metiéndosela a la boca justo en su cara.

-Ahora verás, enano del demonio. –Gritó inuYasha pellizcando las mejillas de Souta.

-Guarden silencio, Sesshomaru aún no despierta. –Los silenció Kagome.

-¡Khe! –Ese idiota aún nos debe unas muy grandes y todavía velas por su sueño.

-Te pagaré con intereses, imbécil. –Refutó Sesshomaru bajando las escaleras. Sus ojeras eran prominentes y sus ojos lucían rojizos debido a la resaca. –Perdón por las molestias, se los compensaré. –Dijo dirigiéndose a la puerta.

-¿A dónde crees que vas? ¿Crees que luciendo así vas a ir a trabajar? Deja que mi hermana y mi cuñado se encarguen, ahora siéntate y toma el café que te hice para la resaca. –Lo regañé azotando la taza de café en la mesa en el lugar en donde usualmente se sentaba, tratando de no hacer contacto visual con él.

-No quiero. –Fulminó rudamente.

-No te estoy preguntando si quieres. Ahora siéntate a desayunar y toma el café mientras está caliente.

-Incómodo... -Chilló Souta entre dientes.

-Silencio. –Susurró Kagome. –Rin tiene razón, Sesshomaru, deja que InuYasha y yo nos encarguemos esta semana, no estás bien.

-Déjalo, que lleve a la quiebra a la empresa, es lo único que conseguirá estando así. –Intervino InuYasha.

Sesshomaru gruñó, y a regañadientes se sentó en la mesa a tomar el café. El resto de nuestro desayuno fue en medio de un silencio incómodo, la tensión podía sentirse con solo respirar. Era la primera vez que los cinco compartíamos la mesa, honestamente nunca me lo imaginé así.

Kagome e InuYasha se fueron a trabajar, Souta salió con sus amigos y Sesshomaru y yo nos quedamos solos. La incomodidad parecía no terminar.

-Hay algo que quiero preguntarte. –Le dije, pero no obtuve respuesta. –¿Recuerdas lo que pasó ayer?

-¿Otra vez te besé estando ebrio? –Preguntó con un tono de voz tan desinteresado que me hizo enfadar.

-¿Qué harás si te digo que lo hiciste?

-Contárselo a tu noviecito.

-Pues adivina, lo único que hiciste ayer fue portarte como un niño. Solo te pregunto porque... No quiero que pienses que lo que dije ayer fue en serio.

-¿Cuál? ¿La parte en la que me dijiste que ya no estarías conmigo o la parte en la que te acostaste a mi lado y me dijiste que serías mi novia? Porque te informo, que acostarse en la cama con otro hombre que no es tu novio es infidelidad.

Entonces recordaba todo.

-Cierra la boca. No lo hice porque haya querido, lo hice porque estabas demasiado mal.

Nos pertenecemos (Finalizado)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora