Capítulo 26: 18 años

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***¡Advertencia! ***

El siguiente capítulo puede contener narración y lenguaje explícito. Si eres menor de 18 años no deberías estar leyendo esto, mente cochinona, léelo bajo tu propio riesgo y responsabilidad (si lo haces te acuso con tu mamá). Si eres mayor de edad te pido que seas responsable con la lectura. Graciaaaas. :3

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La habitación se fue aclarando a medida que amanecía; para cuando estuvo completamente iluminada, yo ya había dejado de llorar, aunque su mano seguía acariciando mi cabello. Finalmente me atreví a mirarlo, y al hacerlo me topé con una cálida sonrisa que podría jurar que era solo para mí, que nadie más podría mirar una sonrisa tan hermosa y sincera proveniente de él.

-¿Ya te sientes mejor? –Me preguntó atento, yo solo asentí con la cabeza afirmativamente. –¿Ya tienes hambre? ¿Quieres que te traiga el desayuno a la cama? ¿O quieres que nos quedemos así por un tiempo? –Quién iba a imaginar que el gran Sesshomaru Taisho podría ser alguien tan tierno y consentidor, nadie lo creería ni aunque lo vieran por sí mismos; aunque realmente no necesitaba que alguien lo creyera, bastaba con que solo yo pudiera disfrutar de esta versión de él.

-Estoy bien, podemos ir a desayunar.

-Déjame prepararte algo especial entonces.

-No quiero algo especial, podemos hacer que hoy es un día cualquiera.

-Pero no lo es, hoy es el último día que pasaremos juntos, debemos hacer de este día uno muy bueno, ¿no crees?

Él tenía razón, sin darnos cuenta nuestro último día viviendo juntos llegó, debíamos aprovecharlo mejor, después de hoy será muy difícil estar juntos. Dejé que él hiciera lo que tenía planeado, el desayuno especial se trataba de esos esponjosos y lindos panqueques que, al menos para mí, son difíciles de hacer, pero Sesshomaru los hizo a la perfección.

Pasamos todo el día acurrucados en el sillón de sala mirando películas viejas y de vez en cuando me robaba un beso cuando me encontraba distraída. Para la hora de comer simplemente ordenamos pizza siguiendo nuestra dinámica de intercambiar la parte que más nos gustaba; cuando nos cansamos de ver películas, él al fin se atrevió mostrarme algunas de sus fotografías, entre ellas encontré las que había alcanzado a ver cuando él todavía lo mantenía como un secreto. Incluso me mostró las que me había tomado en su oficina con mi uniforme y las de las camelias rojas; sin embargo, había unas que no reconocí.

-¿Cuándo tomaste estas fotos, Taisho? –Inquirí señalando una fotografía en la que yo estaba sentada en la sala leyendo.

-N... no le tomes importancia.

-Dime, ¿cómo no me di cuenta?

-Fue al siguiente día en el que te dije lo que siento por ti, creí que a partir de entonces estarías fuera de mi alcance para, que volveríamos a los viejos tiempos en los que nos llevábamos mal, quería al menos tomar lo último de un recuerdo de estar cerca de ti.

-No tienes que preocuparte más por eso, siempre estaré contigo a partir de ahora.

-Promételo.

-Te lo prometo.

Disfrutamos nuestra última tarde viviendo juntos, pues Kagome e InuYasha habían llamado para avisar que ya habían subido al avión y que llegarían el domingo por la mañana. Esa tarde entendí que no necesitaba muchas cosas para ser feliz o sentirme bien, bastaba con tenerlo a él cerca de mí. Por un día entero me sentí en una paz inmensa, a pesar de ser un día tan horrible para mí, él pudo acallar todo lo que mi mente culpable quería gritar y sacar con llanto, él era mi lugar seguro.

Nos pertenecemos (Finalizado)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora