Después de eso salí corriendo hacia mi habitación, no podía verlo a la cara después de haberme dado cuenta de todo. No pude dormir en toda la noche, su aroma no desaparecía de mí, su sabor no se desvanecía, mi corazón no dejaba de latir a mil por hora y mis emociones estaban revueltas. ¿Habría hecho todo eso porque estaba borracho? ¿O en verdad lo quería? Mi mente pasaba de estar en las nubes reproduciendo canciones de amor, para luego hacerme sentir patética por enamorarme de él. Solo tenía diecisiete años, no tenía algún talento en especial, no era una persona precisamente interesante, ni tampoco me sentía la más bonita del mundo, ¿qué podía ver en mí?
A la mañana siguiente bajé a desayunar con las piernas temblorosas. ¿Qué me diría?, ¿estaría arrepentido?, ¿enojado?
-Buenos días. –Me saludó como si nada, como todos los días, pero esta vez con la voz rasposa debido a la resaca.
-B...buenos días. –Musité, aunque no creí que me escuchara.
-Oye, ¿qué pasa? Estás más pálida de lo normal. –Cuestionó poniendo su mano derecha en mi frente. Por un reflejo me alejé de él de inmediato. –R...Rin. –Me nombró desconcertado.
-¿Por qué bebiste tanto anoche? Tú no sueles hacerlo.
-¿Te digo la verdad? Ni yo mismo lo sé. Solo me sentí frustrado por... -Me miró de reojo para después desviar su mirada rápidamente, me sobresalté al percatarme de que se había sonrojado, pero quizá era todo debido al alcohol de anoche. –Por algo. –Suspiró. –Pero... yo nunca te había dicho que no bebía, ¿cómo lo supiste?
-El día de la boda de nuestros hermanos, todas las veces que te ofrecieron alcohol no aceptaste.
-¿Me observaste? –Sonrió de lado.
-Supongo... D...dime, lo que dijiste anoche... eso del desastre...
-¿Anoche... desastre?
-¿No lo recuerdas?
-Algo así, temo equivocarme si trato de recordarlo.
-Ya veo. –Me desilusioné, aunque ya sabía que era algo probable.
-¿Dije algo malo?, ¿te molesté? –Preguntó preocupado.
-No, para nada. –Desvié mi mirada, luego la centré en los papeles que había en la mesa, eran más fotografías. –Vaya, estás también son buenas. –Dije tomando una donde podían verse a un grupo de amigos llevando sombrillas del mismo color en un parque cerca de la casa.
-No puedes verlas. –En seguida me la arrebató.
-¿Cuál es tu problema?
-No hay alguno, solo no puedes verlas.
-Eso es tonto.
-Como digas.
-¿De quién son?, ¿en verdad tú las tomas?, ¿por qué no puedo verlas?, ¿te da vergüenza?,¿No crees qué...?
-Basta, demasiadas preguntas.
-¿Qué más da que vea o no tus fotografías?
-No tiene por qué importante.
-¡Ah! Estoy harta. –Le levanté la voz involuntariamente. –Primero dices cosas como las de anoche y ahora esto, me confundes, idiota.
-¿Cómo me llamaste?
-L...lo que oíste. –No podía volverlo a llamarlo así, la primera vez fue solo un impulso.
-¿Qué fue lo que dije anoche?
-N...nada.
-Te ordeno que me lo digas.
-¡Deja de ordenarme cosas! No voy a hacer lo que tú digas.
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Nos pertenecemos (Finalizado)
FanfictionÉl estaba lejos de mi alcance, tan lejos que daba lástima, yo era la que daba lástima. Era ridículo solo el hecho de pensar en que yo podría llegar a gustarle; era una niña, una ilusa niña. Sin embargo, también era una mujer, una mujer frágil, muy d...