-¡Rin, abre la puerta! –Sesshomaru no dejaba de insistir.
-¡Vete!
-¿En serio estás llorando porque ese idiota te dejó? ¿Qué tiene de bueno?
-¿Tú qué sabes?
-Vamos abre... O tiro la puerta.
-¡Ahg! –Grité desde el fondo de mi estómago, creí que eso era lo que necesitaba, se sintió liberador. Pude ir a abrir la puerta antes de que él hiciera alguna tontería.
-¡Ahí voy! –Exclamó al mismo tiempo en el que abrí la puerta.
Se había encaminado tan rápido para forzar la puerta y en cuanto la abrí no hubo nada que lo detuviera, terminó empujándome a mí hasta tumbarme en la cama con él encima mío. Él trató de evitar que su peso cayera sobre mí poniendo sus brazos a cada lado de mi cabeza. La nula distancia que quedó entre nosotros me puso nerviosa, su mirada se clavó se inmediato sobre la mía y los recuerdos me invadieron. Al fin pude tenerlo así de cerca nuevamente, al fin pude tener su cuerpo pegado al mío del modo en que quería.
-No llores por él. –Me dijo acariciando mi mejilla y limpiar las lágrimas que corrían por ahí. –Él no merece tus lágrimas, fue un grandísimo imbécil por dejarte.
-Te equivocas. Yo terminé con él. –Sollocé.
-Creí que lo querías.
-Yo lo quiero, lo quiero mucho, y me gusta; pero es inquietantemente perfecto... Y por esa perfección no puedo quererlo como quiero, él no merece tener a alguien como yo en su vida, no puedo enamorarme de él.
-¿Y eso es tan malo? ¿Te sientes mal por no poder quererlo?
-Es que él...
-No importa lo que él te haya entregado, tú lo intentaste y no pudiste entregarle lo mismo, ¿y qué? Tú siempre intentas complacer a todos, Rin. ¿Cuándo te atreverás a ser egoísta? –Dijo recostando su cabeza en mi pecho, aquello me transmitió un golpe de serenidad increíble. No obstante, su voz seguía sonando tan fría que no sabía si me consolaba en serio o solo se estaba jactando de mi debilidad.
Nos quedamos así un largo rato. Yo seguí llorando el silencio, él se quedó escuchando mis latidos, de vez en cuando se removía sobre mí y yo acariciaba su cabeza, sus cabellos blancos y suaves eran un placebo para mí en ese momento.
-¿Tú por fin me contarás que te pasó? –Le pregunté una vez que pude dejar de llorar.
-¿Qué me pasó con qué?
-¿Por qué hiciste un desastre con la compañía?
-No tiene importancia.
-Claro que sí. No sabes lo preocupados que están nuestros hermanos por ti, incluso yo. Te veías terrible ayer, lucías desesperado. Kagome e InuYasha están atareados con la empresa.
-Es solo que, cuando regresé de Estados Unidos lo primero que encontré fue a ti besando a Kohaku pensé que ya no había nada por lo que hacer las cosas bien. Hice muchas cosas por impulso y enojo, y todo eso salió mal. Metí a la compañía en grandes problemas, tu hermana ni siquiera me dejaba ir a la empresa, pero en mi necedad fui ayer, pero solo terminé borracho en mi oficina. Todos los directivos están furiosos y varios accionistas quieren retirar sus inversiones, Kagome estuvo tratando de esconderme de ellos ayer, pero solo compliqué las cosas todavía más por mi estúpido orgullo.
-Pareces aterrador, pero eres un niño berrinchudo. Sí que les debes una grande a Kagome y a InuYasha.
-También te debo una a ti, por sacarme de la oficina y evitar que los ejecutivos y los directores me vieran así.
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Nos pertenecemos (Finalizado)
FanficÉl estaba lejos de mi alcance, tan lejos que daba lástima, yo era la que daba lástima. Era ridículo solo el hecho de pensar en que yo podría llegar a gustarle; era una niña, una ilusa niña. Sin embargo, también era una mujer, una mujer frágil, muy d...