Capítulo 40: Sí

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El día más importante de mi vida hasta ahora había llegado finalmente. Me levanté sin necesidad de escuchar la alarma, me fijé en mi celular para corroborar la hora, al hacerlo me di cuenta de que Sesshomaru me había enviado un mensaje deseándome un feliz inicio de clases, además, Kohaku me había preguntado si quería que pasara por mí para la escuela. Mi respuesta a Sesshomaru fue un "gracias", mi respuesta a Kohaku fue un "sí".

Opté por usar una linda falda y una blusa con flores y me apresuré a bajar a desayunar un plato de mi cereal favorito.

-¿Necesitas que te vaya a dejar, enana?

-No gracias, Kohaku pasará por mí.

-Espero que tengan clases juntos, sería tan lindo. –Dijo Kagome.

-Eso creo.

En cuanto comí la última cucharada de mi tazón de cereal, mi celular sonó, era una llamada de Kohaku, quien me dijo que ya estaba frente a la casa.

-Me voy.

-Que tengas suerte, cuídate mucho. Sigue haciéndome sentir orgullosa. –Se despidió Kagome.

-No dejes que ningún chico además de Kohaku se te acerque. –Advirtió InuYasha.

-Como ustedes diga, Panaberto Pecopón. –Me burlé usando el apodo que Kagome le había dado hace mucho tiempo.

Salí corriendo antes de ser reprendida y subí al auto de Kohaku.

-Buenos días. –Me saludó.

-Buen día. –Respondí poniéndome el cinturón.

-¿Cómo está Souta?

-Bastante bien, Kagome elegirá en esta semana a una maestra particular para pueda ponerlo al corriente en los estudios para chicos de su edad. Además, ya puede hacer un poco de ejercicio.

-Seguro que pronto podrá incorporarse a una secundaria. Ah, por cierto... Esto es para ti. –Me dijo entregándome una pequeña caja. –Feliz primer día de universidad.

-¿Q...qué? –Tomé la caja sintiéndome un poco apenada. –Yo no te tarje nada por tu primer día.

-No es necesario, quien está conquistándote soy yo, ¿cierto? Ábrelo y dime si te gusta.

Abrí la caja cautelosamente, topándome con una hermosa pulsera plateada conformada por pequeños cristales y con un dije con la inicial de mi nombre.

-Es precioso, gracias. ¿Me ayudas a ponerlo?

-Seguro. –Con cuidado tomó la joya entre sus manos y la colocó en mi muñeca. –Creo que te queda muy bien. –Dijo acercando mi mano hacia él para depositar un tierno beso. –Vamos ahora.

Asentí nerviosa y giré mi rostro para que no notara lo apenada que estaba. Él condujo hasta la escuela, en donde nuestro primer día consistiría en que los de los grados superiores nos mostraran las instalaciones, el modo en que podíamos acomodar nuestro horario y las actividades extras que había además de las clases, sin embargo, no me tocó en el mismo grupo de Kohaku, por lo que no nos veríamos hasta la hora del almuerzo.

La universidad era preciosa, los salones eran amplios e iluminados, los pasillos lucían relucientes, los jardines eran preciosos, al igual que la cafetería y la enorme biblioteca que tenía infinidad de libros y escritorios individuales y colectivos. Definitivamente me gustaría estar ahí, definitivamente daría lo mejor de mí para convertirme en una excelente doctora.

-Hola. –Cuando tuvimos un descanso del recorrido, uno de los compañeros mayores me arribó presentándose de una manera extraña. –Soy Hakudoshi Gami, y tú eres preciosa.

Nos pertenecemos (Finalizado)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora