Capítulo 20: Encaje negro

964 104 44
                                    

-¿Entonces te llevó al acuario? Suena encantador. –Me dijo del otro lado de la línea.

-¡Sí! Y después fuimos a comer, fue muy divertido.

-Me alegra que te lleves bien con Sesshomaru, aunque estoy un poco celosa de que te estés divirtiendo con él y no conmigo.

-Ya nos divertiremos cuando vuelvas, mientras disfruta con InuYasha.

-Seguro que sí, ya quiero verte, te llamo mañana, ¿ok? Te quiero, adiós.

-También te quiero.

Kagome me llamaba seguidamente para asegurarse de que estuviera bien, y yo felizmente le contaba de mis días en la escuela, de las visitas al hospital y de las salidas con Sesshomaru. Aunque realmente eso último se lo contaba a medias, pues todavía no le había contado que estaba saliendo con él; simplemente no sabía cómo, temía que se enojara o que lo tomara a mal, pero solo era cuestión de tiempo para que se enterara.

Faltaban solo un par de semanas para que mi hermana e InuYasha llegaran, y Sesshomaru y yo aún no encontrábamos la mejor forma de decirles.

-Se acerca tu cumpleaños. –Me dijo estando en el auto, nos dirigíamos a su empresa para que, después de una junta, pudiéramos ir a un templo tradicional a tomar más fotografías.

-¿Y eso qué? Sabes perfectamente lo que pasó en mi cumpleaños hace tiempo, no es como si quisiera hacer algo especial. Es más, ese día la paso mal, ni siquiera Kagome se atreve a recordármelo, es mejor dejarlo así.

-Sí pero yo no soy Kagome, soy tu novio y mi misión es hacerte feliz, tu cumpleaños es un día muy importante y no debes pasarla triste.

-No quiero una fiesta.

-Nunca mencioné alguna, hagamos algo. No conozco a Souta, deberíamos ir a que me lo presentes; si quieres pasarlo encerrada en tu cuarto, puedo sentarme junto a ti en silencio. Cumplirás 18 años, es una edad especial.

-Eso creo...

Llegando a la empresa, el plan era que yo lo esperaría en su oficina mientras él dirigía su reunión. Llevaba en las manos una bolsa con el vestuario que Sesshomaru quería que usara para la sesión de hoy; planeaba cambiarme en su oficina, así le daría una linda sorpresa al final de su junta. Nos despedimos con un beso rápido en el elevador, él bajando en el piso 39 y yo subía hasta el 45, en donde se encontraba su oficina. Abrí con facilidad ingresando el PIN de la puerta, y enseguida me percaté de que las luces estaban apagadas y las largas cortinas negras, que usualmente estaban recogidas, cubrían el gran ventanal.

-Me tienes tan abandonada... -Se escuchó casi como un eco. –Ya no contestas mis llamadas.

Los tacones de aguja resonaban elegantemente acercándose a mí. Nerviosa comencé a buscar con la palma de mi mano el interruptor para encender las luces.

-Ven aquí conmigo, te haré lo que más te gusta.

De un manotazo logré encender las luces, mientras la voz de Sesshomaru arribaba a la oficina alegando que había olvidado la USB con la presentación. Una incómoda escena nos dejó atónitos y sin habla en cuestión de segundos. Kagura se encontraba justo frente a mí, usando un exquisito conjunto de lencería con un muy transparente encaje negro; Sesshomaru, estando a un lado mío, solo pudo tragar saliva con dificultad, y mientras tanto yo no sabía qué pensar.

-¿Qué haces aquí? Se supone que Sesshomaru era quien debía entrar, no tú.

-¿O sea que estaba planeado? –Inquirí.

-Sí. –Respondió altanera.

-No. –Sesshomaru se antepuso de inmediato.

-Claro que sí, sé que tu reunión con los de ventas es a esta hora.

Nos pertenecemos (Finalizado)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora