🦴 Capítulo 16.

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Habían pasado unos cuantos días. Estaba en el salón, junto con el bitty y los perros. Supuestamente veíamos un documental sobre el espacio que había escogido el pequeño, pero yo estaba con mi teléfono, revisando vídeos y notificaciones que se me habían acumulado sin revisar. Way estaba acurrucada a mi lado en el sillón pequeño. Snarl se calentaba frente al radiador. El monstruo, por su parte, había caído dormido. Parecía estar agotado en el momento en el que lo vi cuando volví del curro. Al parecer, su consumo de café se había multiplicado en los días en los que yo trabajaba y pronto descubrí que, durante la noche, gracias a su nueva costumbre de ingerir esa ingente cantidad de cafeína, no era capaz de conciliar el sueño. Tuve que regular las tazas que podía tomar al día. Aun así, al verlo dormir, no pude evitar sonreír. Nunca le había visto durmiendo en realidad pues solía despertar más pronto que yo casi siempre o se dormía más tarde. Era como si durmiese mucho menos de los que hacían los humanos. En cualquier caso, le dejé descansar tranquilo.

En algún momento, el documental me llamó un poco la atención. Estaban hablando sobre los planetas del sistema solar. Eché en falta a Plutón. Pero aún con eso, me quedé viéndolo. Era fascinante oír cosas sobre cada planeta. Las características únicas de cada uno, que iban conformando su propio mundo e identidad mientras orbitaban en torno al cálido y brillante sol. Incluso dieron un pequeño apunte en el que narraron qué simbolizaba cada planeta. Era curioso. Sin embargo, un sonido me distrajo.

Mi teléfono móvil comenzó a sonar. Era la llamada de un número que desconocía. Lo tomé, extrañada y un poco intimidada.

—¿Hola?

¡Hola! ¿Estoy hablando con Dew?

—Sí, soy yo...

¡Ah, hola! ¡Qué alegría hablar contigo! ¡Soy Gen!

—Disculpe... ¿Quién?

Pareció que aquella pregunta le dolió.

Gen... La dueña de la tienda de bitties. ¿No me recuerdas ya? ¡Qué cruel!

—Oh, sí... Ya recuerdo —mentí. Ni siquiera sabía que aquella chica se llamaba así. No recordaba haberle preguntado nunca su nombre. —Eh... ¿Ocurre algo?

No, no... Tranquila. Solamente llamaba para saber cómo estáis el Omni y tú. Hay que tener un seguimiento, sobre todo cuando es la primera vez que le das acogida a un bitty, ¿sabes?

—Mmm... Pues está todo bien. Muy bien... Un pequeño problema con el café, pero ya está solucionado.

¿Entonces todo está bien? —lo confirmé de nuevo—. Eso es bueno. Aun así, si tienes algún problema, no dudes en llamarme... Yo he estado buscando a alguien que quiera adoptar al pequeño, pero no hay muchos candidatos... Me temo que quizá se alargue un poco más. ¿Ha habido algún problema con el bittie y tus mascotas? ¿Y con tu trabajo?

—No, no... Tranquila. Todo eso va bien. Y respecto a lo del adoptante no te preocupes por tardar más... Yo seguiré cuidando del bitty hasta que encuentres un buen hogar para él. No hay problema.

Tras aquello, hablamos de un par de cuestiones más sin demasiada importancia. Luego, me despedí y colgué. En realidad me molestaba saber que me había llamado directamente sin un motivo concreto. No me gustaba que la gente tuviese mi número de teléfono. Me producía mucha ansiedad saber que me podían llamar en cualquier momento. Aun así, y de mala gana, anoté su número de contacto en la agenda. Luego, para relajarme un poco, me levanté del sillón, acomodé a Way en el mismo en una posición más cómoda y me dirigí a mi dormitorio.

Una vez allí, cerré la puerta, encendí el equipo de música y tomé un disco de los que tenía allí. Luego, paseando mis dedos por la estantería, escalé hasta uno de los estantes superiores y, de entre los libros, saqué un cuaderno especial... Era de tela y estaba hecho a mano. Tenía una rosa azul bordada. Las páginas eran folios y aún se notaba el corte de los mismos. Dentro había un montón de dibujos. También cogí una lata del mueble, llena de restos y desechos de cuando sacaba punta a los lápices de colores... Me senté en el escritorio y, con la música de fondo, me dispuse a dibujar.

Órbita. (Bittybones)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora