Órbita. (Bittybones)

🦴 Capítulo 37.

Durante el resto de la mañana me dediqué a ordenar la casa. Cuando me vio atendiendo a las tareas domésticas con tanto ahínco, el Treacle trató de prestarme su ayuda, sin embargo no se lo permití. Él siempre era el que acababa liándose a limpiar y reorganizar todas las cosas, por lo que insistí en que se relajara. En un principio, el bitty parecía algo desubicado, sin saber bien qué hacer para entretenerse. Normalmente no solía tener tanto tiempo para sí mismo, por lo que tardó un poco en relajarse... En realidad, parecía levemente aburrido. Podría haberse puesto a leer pero, en su caso, no era un ávido lector como lo fuera Mercury. Tampoco parecía muy interesado en los videojuegos o el televisor... Y ayudar a su hermano a cuidar de mis mascotas no era una tarea que odiase, pero tampoco le apasionaba pasar horas cepillando a los animales o echándose siestas con ellos. Fue en aquel momento cuando me di cuenta de que, más allá de su hábito de ama de casa, no conocía nada que pudiera entretener a aquel bitty. Por esa razón, tomándome un descanso tras barrer toda la casa y limpiar el polvo, me senté un rato con él para ayudarlo.

—Pero, ¿qué es lo que te gustaría hacer? —le estaba preguntando. Él se encogía de hombros.

—NO ESTOY MUY SEGURO...

Tomé un sorbo de la botella de agua que tenía a mi alcance. Luego me quedé mirando la blanca pared, pensativa.

—Una vez dijiste que antes te gustaba dibujar... ¿Por qué no lo intentas?

El Treacle bajó la cabeza, indeciso. Luego negó con un gesto.

—NO CREO QUE SEA BUENA IDEA.

—Pero debe haber algo que te guste hacer... —insistí.

No me gustaba verlo aburrido o confinarlo a que se dedicase por entero a las tareas del hogar; debía tener algún pasatiempo con el que pudiera disfrutar y desconectar de verdad. Pasé un buen rato dándole otras opciones, pero ninguna parecía poder complacerle. Al final, fue él quien me dio una idea...

—QUIZÁ PUDIERA HACER ALGUNOS PUZZLES O ROMPECABEZAS. ESO ERA ALGO QUE ME GUSTABA MUCHO CUANDO AÚN ESTÁBAMOS EN EL SUBTERRÁNEO.

Yo di una palmada, alegre.

—Eso es... Muy bien... Ya tenemos algo con lo que trabajar. —Me quedé en silencio, pensativa, dándome unas palmaditas en el labio inferior con el índice, tratando de recordar. —Creo que tenía algunas revistas viejas que tienen secciones de pasatiempos con crucigramas y cosas así...

—¿CRUCIGRAMAS? ESOS SON MUY SENCILLOS. HASTA UN NIÑO PODRÍA RESOLVERLOS... LOS QUE SON REALMENTE PROBLEMÁTICOS Y REPRESENTAN UN RETO SON LAS SOPAS DE LETRAS.

—¿En serio, tú crees? —pregunté, enmarcado una ceja. Él asintió, muy convencido de ello. —En realidad hace muchos años que no hago un crucigrama. Pero es cierto que me gustaban bastante más las sopas de letras cuando era más joven... En casa de mi madre teníamos libros llenos de ellos cuando yo era pequeña. En aquella época no teníamos Internet ni muchas consolas con las que entretenernos, así que mi hermana y yo leíamos o debíamos buscar entretenimiento en otras cosas.

El bitty asintió, como entendiendo bien lo que le iba contando.

—CUANDO ÉRAMOS MÁS JÓVENES PASAMOS POR ALGO SIMILAR. MI HERMANO INCLUSO APRENDIÓ A TOCAR EL TROMBÓN...

—¿En serio? —cuestioné con una sonrisa. Él asintió emocionado, pero pronto su expresión se volvió algo molesta.

—LE GUSTABA UTILIZARLO COMO REMATE DE SUS CHISTES MALOS, ERA IRRITANTE. —Por un segundo, su sonrisa flaqueó. —PERO ESO FUE HACE MUCHO TIEMPO... ANTES DE QUE EMPEZASEN LOS MALOS TIEMPOS.

Su rostro se llenó de melancolía. Me sentí un poco culpable al haber removido aquellos recuerdos agridulces en el esqueleto. Alargué mi mano para acariciar su cráneo. El Treacle se frotó con ganas contra mis dedos. Fue entonces cuando, al pensar en las cosas que hacía de pequeña, me vino a la mente algo que, intuía, podría ayudar al cachorro para matar su aburrimiento.