🦴 Capítulo 28.

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Cuando volvimos el domingo por la noche estábamos agotados. Durante el día se nos había ocurrido ir a visitar la vieja ermita de la que le hablé a Mercury en cierta ocasión y lo cierto es que, aquel paseo, fue la absoluta confirmación a mi preocupación... Me había hecho mayor y ya no tenía la vitalidad que antes poseía, aunque tampoco es como si alguna vez hubiese sido una persona muy activa. El caso es que, llegué allí arriba casi muerta. Pero al menos el bitty pudo ver las panorámicas y maravillarse en el proceso. El resto del día se pasó volando y, tras despedirnos de mis padres, tomamos el tren para regresar a nuestro hogar. Sin embargo, una desagradable sorpresa nos recibió.

En venganza por haberle dejado solo, al abrir la puerta y pasar por un aparente salón normal, llegamos a la cocina para dejar las cosas que me había dado mi madre de su deliciosa comida en fiambreras para, allí, ver cómo cierto felino había sembrado el caos. Se las había ingeniado para abrir la puerta de la alacena donde se guardaban los platos y los vasos junto con algunos alimentos en lata, entre ellos su comida húmeda. La buena noticia es que sus planes se habían frustrado al no poder abrir la lata de comida, la cual se notaban algunas marcas de mordiscos y arañazos. La mala noticia es que, en el proceso, había tirado unos pocos platos míos y otras de las cosas del bittie.

En el momento, tuve que hacer uso de todo mi autocontrol para no girarme e ir a matar a mi mascota. Después de un sonoro suspiro por mi parte y masajear mi entrecejo en un intento de calmarme, me agaché a recoger el desastre. Mercury quise ayudarme, pero lo detuve. Era mejor que fuera a deshacer el equipaje mientras yo limpiaba; así avanzaríamos más deprisa. De aquella manera finalizó el fin de semana.

[.....]

Estábamos en la calle, yendo otra vez a la tienda de Gen. Habíamos tenido que posponer la visita, puesto que, en los días posteriores, había acabado realmente agotada en el trabajo. Últimamente me daba la sensación de que había casi el doble del papeleo habitual... El caso es que, tras unos días de ver cómo se le dificultaba a Mercury la rutinaria tarea de comer de mi plato y tener que beber otra vez con un dedal, me empeciné en acabar con aquella situación. Por ello, el jueves por la tarde nos dirigimos a comprar lo que el monstruo necesitase. Secretamente había estado esperando ese día en concreto porque, en realidad, coincidía justo con que hacía dos meses, ya que había adoptado al pequeño y me apeteció hacerle algún tipo de regalo aparte. Yo no soy una persona muy partidaria de los regalos en realidad, pero quería aprovechar.

Esta vez ignoré la cafetería que solíamos ya visitar asiduamente y me encaminé directa a la pintoresca tienda de aquella humana de cabello desordenado. Nos saludó el tintineo de la puerta al chocar con la campanita y se escuchó una voz, gritando desde la parte de atrás, en señal de que pronto nos atendería.

Paseamos un poco, mirando los estantes de delante del mostrador. Antes de ponernos a escoger cualquier artículo me parecía que era correcto saludar a Gen. Sin embargo, me puse a echarle un ojo a distintas cosas, en busca de algo que pudiera gustarle al bitty. Pero, antes de poder mirar alguna cosa, se escuchó un pequeño barullo. La dueña del establecimiento salió de aquella misteriosa puerta naranja con pinta de estar acalorada. Sentí que aquel escenario ya era más que habitual. Me hizo preguntarme qué había tras esa puerta, aparte del almacén y el despacho que habíamos visto a través cuando Gen abría al entrar y salir, que siempre hacía que esta llegase con aquel aspecto de salir de un campo de batalla. La joven nos sonrió al reconocernos...

—¡Dew! ¡Mercury! ¡Cuánto tiempo! ¡Qué alegría me da veros! ¿Qué os trae por aquí?

Le devolvimos el saludo, bastante menos efusivos; pero aún con alegría.

—Hemos venido a comprar algunos artículos. Al parecer a mi gato no le gusta que Mercury pueda comer apropiadamente. Necesitamos algunos platos y vasos... —La joven asintió, comprendiendo.

Órbita. (Bittybones)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora