🦴 Capítulo 45.

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Me desperté de golpe y porrazo. Notaba el cansancio acumulado en todos mis miembros, como si no hubiese dormido nada en absoluto... Cuando miré el reloj vi que era de madrugada todavía, sobre las cinco y media. Con un gruñido, traté de moverme para sentarme a la orilla de la cama; al fin y al cabo ya estaba despierta y en realidad pronto sonaría la alarma, así que prefería evitar oír aquel sonido horroroso. Sin embargo, un par de pequeños impedimentos me dificultaban la tarea de levantarme; eran Pluto y Venus, que habían decidido volver a colarse otra vez en mi cama durante la noche para dormir conmigo. Con cuidado de no despertarlos, los moví un poco y vi como, a falta de mi calor, se acurrucaron contra el pelaje de Way y Snarl, quienes también se estiraron a sus anchas al notar que mi espacio quedaba libre. Tardé bastante en moverme de forma lenta hasta la puerta; me notaba agotada.

Cuando logré abandonar la calidez de mi habitación, crucé el pasillo a oscuras para ir al baño y, tras eso, tanteé a ciegas hasta llegar a la cocina. En el momento en el que encendí la luz casi me dio un ataque al corazón al ver sobre la mesa una figura encogida. Con una maldición y la repentina fuente de luz, el monstruo se percató de mi presencia y se giró para encararme. Tenía una expresión bastante sombría.

—buenos días, dew...

—¿Qué haces aquí tan temprano y a oscuras? —pregunté, demasiado sorprendida como para responder a su saludo. El bitty sonrió, incómodo.

—me desperté... —dijo, evasivo—. no quise despertar a mi hermano, por eso vine aquí. —Le miré, interrogante, al ver como eludía el motivo de su innecesario madrugón. Él desvió los ojos. —no importa. ¿qué haces tú despierta tan pronto? aún no tienes que irte a trabajar.

Me senté pesadamente en la silla. Gruñí un poco antes de contestar. Realmente odiaba hablar por las mañanas.

—No puedo dormir... —expresé. Me estiré, sintiendo mi cuerpo dolorido. —Joder... Me duele todo. Estoy supercansada...

—deberías descansar un poco más...

Yo descarté su proposición con un vago movimiento de mano.

—Da igual... De todas maneras iba a levantarme pronto para sacar a los perros. —Me levanté de la silla para empezar a preparar el desayuno. —¿Quieres café?

—sí, por favor.

Yo asentí mientras me disponía a ir preparando todo. Ambos nos quedamos en silencio. Aún tenía curiosidad por la razón que había hecho que Saturn se despertase tan temprano y le dejase con aquella aura devastada, pero mi intuición me hizo ver que no era el mejor momento para hacerle ningún interrogatorio al pequeño, por lo que, simplemente, me limité a dejarlo tranquilo. En el momento en el que terminé de hacer el café y mi habitual batido, otra silueta se dejó ver por el marco de la puerta. Era Mercury.

—Buenos días —saludó, adormilado. Le devolvimos el saludo con pereza.

Tome su taza y me presté a servirle a él también un poco de café. Cuando me senté les tendí las bebidas, a lo que me agradecieron en voz baja. Nos tomamos aquello en silencio, meditando cada uno por su cuenta mientras nos íbamos librando del sueño. Al final acabé aunando mis pensamientos a la voz para sacar conversación con los dos cachorros.

—Después de llegarnos a la tienda de Gen debería ir a hacer la compra. Faltan muchas cosas... —Los bitties me miraron, escuchando. —También me gustaría pasar por la papelería. Quiero ver si venden artículos de arte de tamaño bittie para Neptune, además de comprar un par de libros de rompecabezas para Venus... Y quizá pasemos por la pastelería.

—día de compras... —resumió Saturn. Asentí. —deberías hacer una lista para acordarte de todo.

—No creo que tenga tiempo —dije, mirando el reloj. Tenía que ir a pasear a los perros y luego tomar el tren para irme al trabajo.

Órbita. (Bittybones)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora