Hay algunas combinaciones que no deben llevarse a cabo en esta vida si no deseas que el caos sea desatado... Aquello era una verdad que sabía bastante bien, pero había pecado de inocencia. Y ahora debía pagar las consecuencias de mis propias decisiones.
Cuando llegamos a casa, después de pasar la tarde en la biblioteca y la cafetería, tanto el Thisle, como el Slate y yo estábamos ya bastante calmados y despejados. Empero no estuvimos preparados para enfrentar el escenario que nos golpeó nada más abrir la puerta. En un principio no vimos nada fuera de lo común. El salón estaba casi vacío, pues Jingle y mis dos canes estaban allí echados sobre el sofá y el sillón. Al verme llegar, Snarl se levantó para venir a saludar, cosa que hice de buena gana mientras iba y dejaba al Thisle y los libros sobre la mesa. Sin embargo, el resto de la casa parecía estar en completo silencio. No le di importancia, al menos hasta que cruzamos el pasillo que conectaba con las habitaciones y, al mirar a la izquierda, noté que había luz en la cocina. Y ahí comprendí que dejar a un bitty malhumorado, otro aburrido y uno al que le placía el poder experimentar movido por la curiosidad, solos y sin supervisión, no fue mi idea más brillante.
Me quedé paralizada, en el umbral de la puerta. Los tres esqueletos aún no se habían percatado de mi presencia, dado que mis pasos siempre eran muy silenciosos, por lo que, en mi incapacidad de reaccionar, pude observar con perspectiva lo que estaban haciendo y dejarme empapar bien por el ambiente. Pluto, que todavía estaba apostado sobre mi hombro, también parecía congelado y mudo por la espantosa imagen.
Un montón de mondas de frutas y verduras se acumulaban encima de la mesa, así como otros tipos de envoltorios. Cáscaras de huevos, sobres de papel y plástico, trozos de alimentos mal cortados... Pero eso no era lo peor. Innumerables manchas y goterones de color marrón se extendían por todas las paredes, el suelo e incluso el techo. Había suciedad y desorden por todas partes. Por otra parte el suelo estaba encharcado debido a que, por algún motivo, un montón de cuencos y vasos se acumulaban en el fregadero, el cual estaba desbordado por el agua que, en el momento en el que llegué allí, el Cider acababa de cerrar con dificultad. Sobre la encimera pude ver la herramienta del crimen, y me quedé observando como mi preciosa batidora de vaso estaba llena a la mitad, con aquel mejunje de dudosa procedencia en su interior; humillada al haber sido despojada de su tapadera, que estaba tirada por ahí. El servilletero y la jarra de agua, rota y haciendo que el líquido de su interior mojara todo lo que había en la mesa y estaba por ahí esparcido, como aquellas servilletas de papel que acababan de adoptar un aspecto de masa blanda y amorfa, o los plásticos de envoltorios que se pegaban al mantel de la mesa de madera, entre otras tantas cosas en aquella ingente cantidad de inmundicia.
Eventualmente, atraído por el tumulto, Saturn acabó por aparecer. Dijo algo que no escuché, pero su voz atrajo la atención de los otros tres. Se giraron para mirarnos, e incluso vi que el Omni movía la boca para decir algo, pero no le entendí. Neptune parecía estar a punto de desmayarse del susto y el Treacle parecía estar explicando algo, pues movía los brazos y señalaba a la batidora. El bitty del pañuelo morado, que estaba justo a mi lado, también dijo algo. Pero en aquellos momentos, aunque podía ir de fondo la voz de los bitties discutiendo, no era más que un sonido lejano. Si bien realmente los estaba viendo allí mismo, yo no podía descifrar lo que decían. Pluto seguía en silencio, sobre mi hombro, igual de consternado que yo. Me sentía mareada y las voces sonaban como ecos difusos... Tuve que apoyarme en el marco de la puerta. Solo podía concentrarme en el caos de la habitación destrozada. Caí de rodillas...
—¿Qué habéis hecho? —pude preguntar, con la voz quebrada, sin reaccionar más que para observar a mi alrededor.
—Señorita... Hay una explicación para esto... Por favor, no se altere —escuché la voz de Mercury, algo más clara. El bitty comenzó a explicarse, pero yo aún estaba embotada... —Después de que ustedes se fueran Venus, Neptune y yo estuvimos hablando de lo que había sucedido y, al final, llegamos a la conclusión de que, tal y como hablamos antes de que usted se fuera, la situación era completamente normal en un ambiente de estrés... —Escuchaba al Omni en segundo plano. Me acababa de dar cuenta del frío que sentía en las piernas y es que, al caer al suelo empapado, había mojado mis medias. Vi mis manos cubiertas de agua sucia. El bittie más mayor seguía hablando a la carrerilla. —Es por ello que Venus tuvo la idea de, para mostrar su arrepentimiento, prepararle a usted una cena nutritiva. —Me sequé las manos con asco en la tela de la falda que vestía aquel día, la cual también estaba asquerosa por el agua embarrizada. La voz de Mercury denotaba lo nervioso que estaba, y eso no mejoró cuando me dio por enfocarlo con mis ojos castaños. —Verá... El problema es que nos emocionamos al añadir ingredientes-
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Órbita. (Bittybones)
FanfictionLa cotidianidad de mi mundo solitario y silencioso es lo que conozco como vida... Nunca ha sido demasiado emocionante, pero trato de mantener mi existencia con la armonía que me procure suficiente emoción para no quebrarme demasiado pronto. Al menos...