—¡Pluto! —Lo llamé, quejosa. —Se suponía que ibas a ayudarme...
—¿no es lo que... estoy haciendo? —dijo mientras me sonreía con descaro. Hice un mohín.
—Tenías que hacer que se fuera, no unirte a él...
El bitty solo me ignoró, frotando su rostro contra el blanco pelaje para disfrutar de su suavidad. Yo gruñí otra vez, así que el Slate abrió su cuenca izquierda para mirarme con aquella luz rojiza y una expresión de diversión.
—no puedes culparnos, chica... eres muy cómoda.
Intenté quejarme, pero en ese preciso instante el gato me dio un pequeño cabezazo en el mentón, distrayéndome, a modo de agresiva caricia cariñosa; exigiendo el silencio que quería para descansar y que yo no lo molestase más... Molesta, le pinché con mis dedos en su panza descubierta, justo dejado de donde estaba tumbado el monstruo en miniatura. Jingle movió sus patas delanteras para alcanzar mi brazo y atraparlo, amenazando con clavar sus garras retráctiles mientras amasaba mi piel. A sabiendas de que no me lastimaría, me resigné a cosquillear con la punta de mis dedos el vientre del félido, llegando en cierto momento al lugar donde también estaba el bittie, al cual le di un suave empujón, aún molesta.
—Descarado —insulté entre dientes—, ya verás cuando vuelva Venus. Si no os quitáis de encima de mí no podremos seguir jugando...
—je... no será... una perdida tan grande —me contestó el esqueleto. —te he visto guardar la partida.
Desvié la mirada, no queriendo darle la razón. Él solamente se rio en voz baja.
Nos quedamos un buen rato en aquella posición. Venus había ido a la cocina con Neptune para buscar algo de comer que fuese ligero. Era bastante tarde, y como no me aparecía hacer nada elaborado para cenar al final habíamos optado por preparar una merienda-cena. Había mandado a los dos bitties a que mirasen qué ingredientes teníamos disponibles para hacer aquello. Lo más sencillo hubiese sido pedirle a Saturn que fuera con ellos dos, pues él era quien solía saber mejor, junto con el de los anteojos, todas las cosas que quedaban en la nevera y la despensa, pero en aquel momento el Thisle estaba ocupado ayudando a Mercury en su nuevo proyecto, por lo que decidí que era mejor dejarles tranquilos. No obstante, en el momento en el que les abrí la puerta a los dos monstruos más jóvenes, el gato entró en la habitación y, nada más vio que yo volvía ocupar mi lugar en la cama para seguir jugando otro rato con la consola portátil, aprovechó para situarse en mi pecho. Y, para mayor desgracia, al pedir la ayuda del Slate, este había decidido que era mejor idea tumbarse encima de mi mascota. Suspiré, cerrando los ojos por la frustración.
Aun cuando me quejase por ello, en el fondo me encantaban aquel tipo de momentos... Sentir la respiración tranquila del minino acompasada con la mía propia y que él adoptase esa pose tan vulnerable era una señal de la confianza absoluta que me tenía. Además, el que permitiera que Pluto se tumbase de esa forma sobre él también denotaba lo mucho que congeniaban ellos dos juntos. Way y Snarl también se llevaban de maravilla con el bitty del cráneo quebrado, pero la complicidad que tenían él y mi gato era asombrosa. Quizá se debiera al comportamiento felino que solía exhibir el monstruo. Mi pecho burbujeó en tranquila felicidad mientras iba pasando mis manos por el suave pelaje y por los rugosos huesos. No fue hasta que se escucharon unos pequeños pasos entusiastas entrar en la habitación que volví a abrir los ojos para enfocar al bitty de las gafas redondeadas.
—¡Socorro, Venus, me han secuestrado!
El recién llegado, que había aparecido con una expresión serena en su rostro, apenas escuchó mis palabras y vio la escena que conformábamos en la cama, se llevó sus falanges a los iliones de su pelvis, poniendo los brazos en jarras.
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Órbita. (Bittybones)
FanfictionLa cotidianidad de mi mundo solitario y silencioso es lo que conozco como vida... Nunca ha sido demasiado emocionante, pero trato de mantener mi existencia con la armonía que me procure suficiente emoción para no quebrarme demasiado pronto. Al menos...