Capítulo 40: El Fin

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Tu: ¿Qué es lo que pasa, mamá? Me estás asustando.

Mamá: Nos han echado... —sollozó y se sacó un pañuelo del bolsillo para, seguidamente, sonarse la nariz con fuerza.

Tu: ¿Os han echado de dónde? ¿Del trabajo? —ella asintió, y yo fruncí el ceño— ¿Qué? ¡¿Por qué?!

Mamá: Mejor vamos a un lugar más privado y te lo cuento todo, ¿vale?

Empezamos a caminar hacia fuera del edificio, y no paramos hasta llegar al aparcamiento del colegio, el cual se encontraba desierto.

Tu: Bien, mamá, cuéntame.

Mamá: Esta mañana, cuando tu padre y yo hemos llegado a la fábrica, el señor Pérez estaba esperándonos en nuestro puesto. Parecía enfadado, así que en nuestra cabeza las alarmas no tardaron en saltar.

Estaba preocupada, muy preocupada. Sin empleo, ¿cómo íbamos a seguir adelante? Además de que, para despedirlos, algo muy gordo tenía que haber ocurrido.

Tu: Está bien, cálmate un poco, no entiendo nada—murmuré al ver cómo seguía explicándome, pero sus sollozos hacían que sus palabras fueran imposibles de entender.

Mamá: Nos han denunciado, y por eso no podemos seguir trabajando en la fabrica, él dijo algo como que una denuncia afectaba a la imagen de la empresa...

Tu: ¡¿Qué?! ¿Una denuncia? ¡Pero si vosotros no habéis echo nunca nada malo!

Mamá: Ya lo sé, hija, ya lo sé. López dice que somos muy buenas personas y que no entiende cómo se ha llegado a este punto, pero así es el código de la empresa y no le queda más remedio que despedirnos.

Tu: ¿Y qué vamos a hacer ahora? ¿Dónde vais a encontrar otro trabajo aquí?

Mamá: Cariño, no solo se trata del trabajo...

Tu: ¿A qué te refieres?

Mamá: El contrato incluía trabajo, casa y colegio, y sin él... No tenemos nada.

Tu: ¿Nada... de nada? —negó con la cabeza y sus ojos volvieron a cristalizarse— Espera un momento, ¿eso significa que no tengo plaza el próximo curso en el Élite Way?

Mamá: No la tienes. No tenemos ni casa.

Tu: P-pero... —empecé a considerar opciones, tal vez no estaba todo perdido... — Pero podemos intentarlo, mamá, no es tan difícil.

Mamá: ¿Qué quieres decir?

Tu: Podemos empezar de cero, solo hace falta encontrar otro trabajo y alquilar un piso...

Mamá: Cariño, eso no...

Tu: Es más —la interrumpí—, ¡puedo solicitar una beca para el próximo año! Si me esfuerzo seguro me la dan, no he causado tantos problemas este curso.

Mamá: Lo que pasa es que...

Tu: Vamos, mamá, hay que ser positivos. Solo hace falta que nos...

Mamá: ¡No, eso no puede ser! —me cortó, haciendo que toda la ilusión que había conseguido reunir, se fuera al ver su cara de disgusto.

Tu: ¿Por qué no?

Mamá: No podemos seguir viviendo en Argentina.

Tu: Sí podemos, mamá.

Inolvidable || Rebelde WayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora