33. Asustados

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Primero oyó un fuerte gruñido y justo después sufrió una implacable embestida. Rodó por el suelo varios metros escuchando su propio gemido y cerró los ojos con fuerza pudiendo tan solo aspirar el penetrante aroma del alfa sobre él, ahogándole. Había quedado patas arriba con las poderosas patas del alfa rodeando. Podía saber, sin abrir los ojos, que estaba furioso. ¿Qué había hecho esta vez? ¿Por qué estaba enfadado? Ni siquiera él lo sabía. Tan sólo estaba jugueteando con Jackson y otro de los betas que había ido con ellos a patrullar y rastrear. NamJoon había sido amable con él hasta ese momento. Le había enseñado muchas cosas y luego le había dejado corretear de un lado a otro, aunque siempre manteniéndose cerca suyo. De hecho, el alfa había sido especialmente cariñoso con él y no dejaba de mirarle y sonreirle. Nadie había reconfortado el corazón de JungKook de esa forma antes. ¿Acaso le había estado engañando? ¿Pudiera ser que NamJoon hubiera intentado ganarse su confianza para poder pillarle desprevenido? ¿Tendría algo que ver con su padre? Todos sabían que su padre y el alfa negro no era precisamente amigos, aunque tampoco enemigos. ¿Querría retenerle para hacerle algún tipo de chantaje a su padre? O peor, ¿estaría encima suyo para marcarle y así tener una forma perpetua de manejar a su padre? Creyó que NamJoon era diferente, que era bueno, y ahora tenía muchas ganas de llorar. Había estado ilusionado por primera vez desde hacía mucho y ahora estaba muy asustado.

- ¿Te encuentras bien? - La voz del alfa sonaba preocupada, pero podía seguir oliendo su enfado, así que no se atrevió a moverse. - JungKook, ¿estás bien, cachorro? - Pronunció apremiante. - ¿Te hice mucho daño? - Sin comprender nada aún, el muchacho abrió los ojos despacio para encontrarse el hocico del alfa sobre él. - ¿Puedes levantarte? - Preguntó quitándose de encima, pero manteniéndose a su lado. JungKook confuso y algo dolorido giró sobre su lobo y quedó acostado junto al alfa.

- Estoy bien. - Aseguró a pesar de que no había probado a levantarse.

- Lo siento, cachorro. Me he asustado mucho y te he arrollado con demasiada fuerza. - Expuso el alfa.

- No lo puedo creer. - Dijo JiHo entonces. El beta cogió un grueso palo entre sus fauces, debía ser pesado y casi no lo cabía en la boca y lo lanzó a unos metros de ellos, justo donde JungKook estaba antes de ser embestido por NamJoon. El cachorro quedó helado al ver como el gran palo era partido en dos y saltaba por los aires hecho astillas por un terrible cepo. Se acobardó asustado.

- ¿Quién en su sano juicio haría...? -  Iba a decir Jackson, pero su hermano le cortó.

- Volvamos por donde hemos venido. - Parecía muy molesto. Alguien habían entrado en su territorio, al bosque en el que había crecido y en el que vivía su familia y había colocado trampas. Si no hubiera apartado a JungKook, este seguramente hubiera perdido una mano. - Vamos, JungKook, ponte en pie y pégate a mí. Pisa donde yo pise.

- Va...vale. - Se levantó con dificultad, las patas le temblaban del susto y el costado le dolía por el golpe que le había salvado.

- Transfórmate, te llevaré en brazos. - Dijo al verle levantarse pesadamente.

- No hace falta. - Aseguró. - Puedo caminar. - No quería ser más estorbo para el alfa, que tenía que conducir a su grupo sano y salvo hasta la aldea.

- Está bien. Pero ten mucho cuidado. - Pidió empezando a caminar despacio.

El camino de vuelta, que antes habían realizado con tranquilidad se volvió un infierno, especialmente para JungKook. Tenía mucho miedo de que hubiera más trampas como esa que antes no hubieran visto. Se pegaba al costado del alfa buscando su protección. NamJoon estaba demasiado furioso como para calmarle apropiadamente. Cuando llegaron al claro donde estaba su aldea, dio las órdenes apropiadas.

La Manada [BTS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora