JungKook se quedó mirando a aquel omega sin marcar largo tiempo. ¿Cuántos años tendría? Quizá veinte o alguno más. Tuviera cuantos tuviera, tenía que haber pasado más de un celo y no se había unido a ningún alfa. Entonces era posible. Si ese omega podía vivir así, él también.
- ¿Entiende la gravedad de lo que me está pidiendo, señora de Jangsan? - Habló NamJoon con gravedad.
- Lo entiendo, alfa Kim. - Aseguró.
- No decirle a su alfa que está aquí, intentando comprometer a su último cachorro, su único hijo omega, conmigo, es una mala idea. - Proclamó. - Además, no le gustaría nada saber que usted me lo está suplicando. ¿No cree que eso podría hacer que se sintiera humillado?
- Él le ha dado por perdido. - Comunicó la joven mujer lamentándose. - Le dejará perecer por no complacerle.
- Si hubiera venido él a proponérmelo, habría sido distinto. - Opinó el alfa. - Incluso podría haberse planteado la posibilidad de una tregua a esta tensión creada hace ya muchos años. Una unión como esta entre las manadas, podría ser una gran oportunidad. Pero de este modo, haciéndolo a sus espaldas, sólo creara más conflicto.
- Su padre no lo reclamará. - Afirmó ella. - Dice que... - Miró a su hijo con gesto triste. - ...no quiere saber que será de él. Ya no le importa. - El cachorro, sin embargo, no parecía afectado por sus palabras.
- Eso no puedo creerlo. - Aseguró NamJoon. No intentaba juzgar al alfa Jeon como si fuera un mal padre porque no le conocía en esos términos. No podía saber si sería capaz o no de abandonar a uno de sus hijos a su suerte. De lo que sí estaba seguro era de que el alfa de JangSan nunca desaprovecharía la oportunidad de hacer alguna clase de trato que le beneficiara. - El alfa Jeon tiene aliados y conoce a muchos otros alfas con los que, sin duda, podría aprovechar para forjar una unión. Pero no puedo imaginar que hubiera querido hacerlo conmigo.
- Es exactamente como usted dice. - Declaróla mujer. - Le ha querido entregar a tres alfas distintos y no ha resultado con ninguno de ellos. Mi alfa estaba molesto por estos fracasos, sin embargo, finalmente, ha escuchado y comprendido los motivos de su cachorro y ha rechazado al resto de alfas que solicitaron su enlace con él. - A NamJoon le sorprendía lo politicamenre correcta que era la mujer. ¿Estaba diciendo que Jeon HyungKo había rectifica? ¿Que había escuchado, entendido y aceptado las razones de su hijo para rechazar a los alfas con los que él decidió comprometerle? Eso sonaba extraño para el gran alfa negro. Parecía más bien, en opinión de NamJoon, que se había sentido humillado debido a las acciones de su cachorro y no había dejado que siguiera saliéndose con la suya. Seguramente no le había dado por perdido, sino que estaba esperando a que se presentara y pasara su primer celo solo para que volviera arrastrándose y aceptara al alfa que él quisiera. Pero esa era la opinión de NamJoon, probablemente muy sesgada porque tenía que reconcer que lo poco que conocía del gran alfa gris, Jeon HyungKo, de cuando se veían en las reuniones de alfas, no le gustaba nada. Le resultaba arrogante, irascible, despreciativo y profundamente orgulloso. El orgullo es un arma de doble filo. NamJoon estaba orgulloso de ser quien era, pero no por ello pensaba que era superior a los demás. El alfa de Busan sí que se creía mejor que todos a su alrededor, o por lo menos esa era la impresión que le habia dado siempre. - Sin embargo, - Continuó la omega. - yo sé que, por muchas razones que tenga un omega para no querer ser marcado, no puede vivir sin un alfa. - Declaró. Los demás presentes parecían estar de acuerdo con ella, pero el joven cachorro claramente no lo estaba.
- Me gustaría conocer esos motivos. - Dijo NamJoon, que ya no miraba a la mujer, sino directamente a JungKook. - Del propio muchacho, si fuera posible.
- ¡Papás! - De pronto se precipitaron al interior los dos cachorros del alfa. - ¡Papás! - Continuaron armando escándalo. La omega les miró encantada, llena de ternura. JungKook intentó ignorarlos, pero no lo consiguió.
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La Manada [BTS]
FanficEn el bosque de Bukhansan, la manada de Kim NamJoon vive en armonía. Él cuida de betas, omegas y cachorros. Cada uno tiene su lugar y nada parece capaz de perturbar la paz de la manada. Pero un omega de ciudad, que no comprende nada de su propia na...