La Manada [BTS]

10. Como en casa

- No es gran cosa, pero no pasarás ni frío ni calor y tiene buena luz. - Comentó HoSeok mientras le indicaban a YoonGi cuál sería su habitación. En realidad, YoonGi no tenía expectativas ni buenas ni malas, se sentía afortunado simplemente por el hecho de que le hubieran permitido entrar en su hogar, en el que vivían y creacías sus cachorros. Eso significaba que se fiaban de él, y eso ya era un gran avance.

- Gracias. - Dijo entrando. Era bastante grande, incluso demasiado para una sola persona, pero NamJoon ya le había explicado que esa sería la habitación de sus futuros hijos.

- Nosotros dormimos en la planta de arriba. - Le recordó NamJoon señalándo la puerta que había al subir la escalera. - Tenemos una puerta para que los niños no entren. Por eso de tener intimidad. - Rió.

- Y tú tienes baño propio. - Añadió Jin. - Los pequeños tampoco deberían molestarte.

- No me molestarían. A veces pienso que se me dan mejor los niños que los adultos. - Argumentó. - A ellos los ves venir de lejos. Los adultos pueden mentirte toda una vida y no te das cuenta. Al menos yo no me di cuenta. - Murmuró casi para sí. NamJoon puso la mano en su hombro y le sonrió. Ahora estaba en un lugar seguro. Un lugar donde no había mentiras y donde podía ser él mismo.

- Había pensado hacer que se pareciera más a una típica habitación de Seúl. - Mencionó Jin intentando aligerar la situación. - Pero no tenía muchas cosas ni mucho tiempo para hacer de esta una habitación similar a la que tenías allí. - Jin era el único que había vivido en la ciudad, por haber estudiado medicina, así que sabía lo diferentes que podían ser los muebles de una simple habitación, especialmente las camas.

- Eso no importa. - Sonrió YoonGi. - Esto es perfecto. Además, creo que es tiempo de que viva como el cambiaformas que soy. - Expuso no muy seguro de lo que significaba eso.

- Pero tampoco tienes por qué aprenderlo todo en un día. - Añadió JiMin lleno de cariño, lo cual, YoonGi agradeció sobremanera. - El colchón es de lana, pero no es nada tosco. Ven, pruébalo. - Dijo apoyándose en él. - Es muy suave. Yo mismo la cardé. - YoonGi nunca había dormido en una cama sin somier ni patas, pero era cierto que ese grueso colchón parecía muy agradable.

- Gracias. - Pronunció. - Incluso habéis traído mis cosas. - Dijo acercándose a la mochila que llevaba cuando había emprendido el arduo camino hacia la aldea.

- Las encontré al día siguiente de recogerte. - Expuso NamJoon.

- Creí que las había perdido.

- Es muy humano dejar las cosas tiradas por ahí contaminándolo todo. - Formuló HoSeok casi en un gruñido. NamJoon ya le había advertido que a HoSeok no le agradaban mucho los humanos. - Pero no verás a un cambiaformas hacer eso.

- ¿Puedo preguntar... qué cosas trajiste en tu mochila? - Intervino TaeHyung, quien tenía mucha curiosidad por los humanos y no ahbia tenido la oportunidad de explorar la ciudad por sí mismo.

- No mucho. Una linterna a la que se le acabó la pila, una gorra y un chubasquero, una brújula que no sé usar. - Admitió algo avergonzado.

- Un lobo usando una brújula. - Pronunció Jin mientras YoonGi iba sacando cosas y TaeHyung las cotilleaba. Se acercó casi como un cachorro curioso y se sentó sobre el gran colchón de lana. Comenzó con timidez, pero al ver que YoonGi no parecía molestarle, tomó confianza y fue cogiendo los objetos que YoonGi iba dejando, cada vez más cerca de él, para que las observara todo lo que quisiera. - Lo nunca visto. - Rió Jin con cariño.

- También hay algo de comida. - Dijo mientras seguía rebuscando. Sacó un par de barritas de cereales y las dejó sobre la cama.

- ¿Cereales? - Pronunció TaeHyung confuso, cogiendo la barrita.