La Manada [BTS]

48. Nervios

La vuelta a casa fue silenciosa y extraña.  El ambiente era denso. A pesar de haber tenido un par de días tranquilos con al antiguo alfa de los lobos negros y haber podido disfrutar de la paz que otorgan la profundidad del bosque y la familia, todos estaban pensativos de camino a casa. Quedaban tantas preguntas sin resolver que la situación mantenía distraída a los omegas y, su alfa, quien sentía las emociones de sus parejas y compartía sus dudas y temores, se esforzaba en mantenerse firme y alerta.

Tenían fecha, finalmente, con el médico que atendería a TaeHyung y les ayudaría a averiguar el motivo de su dificultad para quedar embarazado. Y, a pesar de que sólo quedaban un par de días, el nerviosismo era mayor a cada hora. Además, provecharían ese viaje a la ciudad para visitar a la madre de YoonGi. El omega blanco tan sólo se había atrevido a mandarle un mensaje para anunciar su visita, pero había rechazado las llamadas de la mujer después. No se atrevía aún a hablar con ella. Al menos no por teléfono. Necesitaba verla.

Tener a varios miembros de la manada abstraídos en sus pensamientos no era fácil para nadie. Pero pronto acabaría aquella tortura.

Esa mañana, YoonGi se mantenía recordando la escena que había visto unos días antes mientras estaba descansando en el porche, justo la mañana después de volver a casa. JungKook se había pasado en el baño un buen rato y luego había ido directo hacia NamJoon. Parecía que JungKook le había dado algo al alfa y este, al verlo, le había besado en la frente de forma triste, como consolándole. Sin embargo, la cara larga de ambos no duró mucho. Se abrazaron, se sonrieron y se besaron dulcemente. ¿Algo había tenido preocupado a JungKook y no se lo había dicho? ¿Tan distraído había estado él para que JungKook no encontrara el momento para contarle sus problemas como había hecho hasta entonces? JungKook siempre había pedido consejo a YoonGi, era un referente para él. ¿O era porque en ese momento su relación era delicada porque ni siquiera sabían si eran hermanos de sangre? Tal vez, y muy probablemente, si no había compartido sus preocupaciones con él había sido por la forma en la que YoonGi le había tratado con indiferencia desde que les habían planteado la posibilidad de tener el mismo padre. Todo era culpa suya, no de JungKook. Al menos parecía que, ahora que había hablado con NamJoon, había solucionado aquello que le turbaba y se le veía más feliz. Su humor ahora era el de siempre, sólo con YoonGi estaba manteniendo la distancia, o más bien era al revés y JungKook sólo estaba respetando su espacio.

Entrando a la ciudad, a TaeHyung ya le temblaban las manos. De nuevo, el coche estaba silencioso. Era un ambiente al que se habían acostumbrado en los últimos días. Los nervios se apoderaban de ellos, sobretodo de TaeHyung y YoonGi. NamJoon los sentía como propios y los demás podían oler la tensión de sus compañeros. Pero pronto acabarían sus dudas, para bien o para mal. TaeHyung sabría los motivos de sus complicaciones para quedar embarazado y YoonGi conocería al fin la verdad sobre su familia. Claro, si es que las pruebas que le pudieran hacer a TaeHyung eran concluyentes y la madre de YoonGi conocía y confesaba toda la verdad. También era palpable la ansiedad ed JungKook que miraba por la ventanilla con la mirada iluminada. Sólo se había mezclado con humanos cautelosamente en el tren de camino a Bukhansan y el tren sólo bordeaba las ciudades sin adentrarse en ellas por lo que era la primera vez que veía calles y edificios como esos tan de cerca. Él que siempre había querido conocer el mundo y a penas se le había permitido salir de casa, ahora se le habrían mil posibilidades.

El alfa suspiró pesada y repentinamente sorprendiendo a sus omegas.

- Ya no queda mucho para llegar. - Comentó. - Tenemos muchas preguntas y a pesar de lo duras que puedan ser las respuestas, lo afrontaremos juntos, como la familia que somos. - Anunció.

- NamJoon tiene razón. - Sonrió JiMin apretando con fuerza la mano de su amado TaeHyung. - Además, habrá buenas noticias. - Aseguró. - De seguro se le enontrará una explicación y una solución a todos nuestros problemas.