Unas horas después de la llamada del doctor todo parecía haberse calmado en la casa, aunque TaeHyung seguía teniendo esa sonrisa nerviosa en el rostro. A la hora de comer, como había prometido, NamJoon regresó.
- Voy a ir a buscar a los niños para comer todos juntos. - Expuso HoSeok. - Deben estar jugando fuera.
El alfa besó a sus omegas uno por uno y pronto se dio cuenta de que YoonGi no había regresado aún.
- Se habrá entretenido. Estará a punto de llegar. - Dijo JungKook tratando de quitarle importancia. Incluso si NamJoon no había dicho nada sobre él, el más joven de los omegas le había visto buscarle con la mirada y el olfato. - Igualmente, ¿a dónde podría haber ido?
Justo tras esas palabras NamJoon se encogió llevándose la mano al pecho.
- ¿Qué sucede? - Se alarmó JiMin. Y antes de que pudiera responder el alfa, se escuchó un fuerte aullido cuyo eco retumbó por toda la aldea, pero sobretodo en el corazón y la cabeza de NamJoon.
- YoonGi... - Susurró preocupado. Algo sucedía. Pero no era sólo YoonGi. Lo sentía más profundo.
- ¡Los niños no están! - Exclamó HoSeok. - Le dije que se quedaran aquí junto a la casa, pero no están.
NamJoon enseguida salió al porche y miró alrededor. La angustia en su pecho no desaparecía y un nuevo aullido del lobo blanco se escuchó alarmando a todos en la aldea.
- YunYee. - Llamó a una de las betas que estaba en la plaza. - ¿Tus hijos están contigo? ¿Has visto a SooBin y YeonJun?
- Estaban todos juntos jugando en la plaza hasta hace poco más de treinta minutos, alfa. - Respondió la joven mujer. - Los míos se metieron a la casa porque tenían hambre. Creí que todos habrían hecho lo mismo.
- Los míos también, NamJoon. - Comentó otro beta que escuchaba.
- ¿Nadie los ha visto? - Preguntó Jin confundido y preocupado, pero nadie supo responderle.
NamJoon no podía perder más tiempo. Al menos podía seguir el aullido de YoonGi, aunque no sabía si era debido a los pequeños, sin duda estaba pidiendo ayuda. Tal vez los pequeños sólo estaban jugando en algún otro rincón.
Se deshizo de su durumagi y se trasformó en un instante para salir corriendo hacia el origen del aullido. No podía más que pensar en lo peor cuando llegó a la linde del bosque, donde acababa la seguridad de la aldea y comenzaba la espesura. Estaba seguro de que el aullido provenía de más allá. Con todo lo que estaba pasando NamJoon había prohibido tajantemente salir del perímetro a todos excepto a los que patrullaban en busca de más trampas. No podía creer que YoonGi le hubiera desobedecido. ¿Qué estaba haciendo allí? Pero ese no era el momento de pensar en eso. ¿Y si había una trampa nueva? ¿Y si su omega estaba herido? Estaba por cruzar el límite de la aldea cuando se dio cuenta de que sus omegas le seguían y también otros betas que habían querido ir a ayudar, incluidos sus hermanos.
- Quietos. Nadie avanza desde aquí. - Ordenó.
- NamJoon, los niños pueden estar ahí. - Sollozó HoSeok transformado en el lobo de pelo rojizo que era. - ¿Y si les ha pasado algo?
- Justo por eso voy yo solo. Si hay más trampas no puedo dejar que nadie se arriesgue. - Sentenció. Incluso podía tratarse de una artimaña para hacer que salieran de su perímetro de seguridad.
- Déjanos acompañarte a nosotros. - Pidió Jackson.
- Por favor, NamJoon. - Suplicó Jin. - Llévate a nuestros hermanos al menos.
- No. - Se adentró sin decir una palabra más escuchando el llanto de HoSeok a sus espaldas. Y si bien Jin no lloraba, NamJoon podía sentir como su corazón latía con más fuerza que ningún otro y sólo se hacía el fuerte por fuera. No hay mayor terror para un omega que no saber dónde está su cachorro y pensar que le había podido pasar alguna desgracia.
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La Manada [BTS]
FanfictionEn el bosque de Bukhansan, la manada de Kim NamJoon vive en armonía. Él cuida de betas, omegas y cachorros. Cada uno tiene su lugar y nada parece capaz de perturbar la paz de la manada. Pero un omega de ciudad, que no comprende nada de su propia na...