17. Unirse sin amor

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- Espera, NamJoon. Espera. - Le llamó Jin corriendo detrás de él al verle salir de la cabaña hecho una furia.

- Ya sé lo que me vas a decir, Jin. - Dijo NamJoon aún enfurecido. - Que la he liado. Que he metido la pata hasta el fondo. - Gruñó. - Que no he debido hablarle así y que...

- Calla. Calla. - Formuló Jin con tono tranquilizador enredando su brazo con el del alfa. - Yo lo único que quiero es dar un agradable paseo con mi querido y amado esposo. - Se mostró coqueto. - ¿Me concedes eso, mi amor? - NamJoon suspiró y sostuvo la mano de Jin contra su antebrazo.

- Eso siempre, Jinnie. - Dijo sabiendo que, además de un paseo, también sacaría algo en claro de sus propios pensansamientos al charlar con su sabio hermano mayor.

Se adentraron en lo profundo del bosque, pero sin alejarse en demasía de la aldea. Los dos se sentían cómodos, juntos o en solitario, en ese inmenso y denso bosque. Habían nacido allí, ese era su hogar. Sin apenas caminos, sin presencia de los humanos, allí eran más felices de lo que podían ser en cualquier otro lado.

Tras un largo tiempo de hablar de banalidades y un rato después de silencio, NamJoon dio un largo suspiro y se detuvo mirando la inmensidad del espeso bosque en el que había nacido.

- Lo siento. - Pronunció desolado.

- No es a mí a quien debes decirle eso. - Le recordó Jin.

- No pude controlarme. Cuando me di cuenta de que no era virgen... - Calló sin poder excusarse.

- Te pudieron los celos. - Comprendió el mayor. - Lo sé. Te conozco muy bien.

- Debe haberse sentido horrible por mi forma de actuar. - Se lamentó eo alfa.

- NamJoon, debes entenderlo. YoonGi, por su situacion, no puede ser juzgado de la misma forma que el resto.

- Lo sé. Pero no he podido contenerme. ¡Qué idiota! - Se regañó a sí mismo.

- Te ha ganado el instinto. Los alfas son muy celosos con lo que es suyo. - Opinó Jin intentando disculparle y calmarle. - Recuerdo que te ponías nervioso y posesivo conmigo cada vez que hablaba con alguien más de quince minutos seguidos. - Rió despreocupadamente.

- Pero YoonGi no es mi omega. - Formuló.

- Pero te gusta. Quisieras que fuera parte del harén.

- Sí. - Confesó sin más. No es como si fuera un secreto para Jin.

- Por eso no has podido evitar sentirte furioso al descubrirlo. Aunque no sé cómo no lo habías imaginado antes. - Declaró.

- No quise ver la obviedad, supongo. - Respondió NamJoon. De nuevo suspiró. - Le he hecho daño y... eso no es lo peor de todo. Esto puede cambiar las cosas con respecto a su futuro, Jin.

- ¿Qué quieres decir, amor? - Quiso saber el omega extrañado y preocupado por su afirmación. - ¿Acaso no piensas dejarle opción de que esté con nosotros a pesar de que te gusta tanto? ¿Sólo por algo como eso? Dentro de poco ya no importará, NamJoon. - Intentó convencerle haciéndole reflexionar. - En cuanto te unas a él y lleve tu marca no sentirás la diferencia con nosotros.

- Jin, no es eso. De hecho, es lo contrario. - Expuso. - Conoces mi norma Jin. No quiero unirme a nadie que no sienta algo sincero por mí. No le pido que esté enamorado, pero ¿cómo puedo iniciar una relación así con alguien a quien ni siquiera le gusto un poco? - Expresó. Jin sabía que NamJoon haría lo correcto, pero incluir en el harén a alguien sin aprecio por él le sería difícil de sobrellevar.

- A él le gustas mucho, sólo que aún no lo ha descubierto. - Declaró Jin con una sonrisa.

- Incluso si tuvieras razón, ahora está demasiado preocupado como para preocuparse de algo así. - Le recordó NamJoon. ¿Quién tiene tiempo para pensar en el amor cuando estás luchando por adaptarte en un entorno desconocido con la sombra insistente e inevitable de un emparejamiento forzoso cerniéndose sobre ti. - Sin embargo, con YoonGi me temo que no tendré opción y deberé saltarme mi propia norma.

La Manada [BTS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora