- Cuando estaba en el primer año de universidad en Busan. - Empezó narrando ella. - Una joven hermosísima se sentó a mi lado. Tenía una piel blanca, como de porcelana. Y rasgos suaves y finos. Era, además, la persona más amable y dulce que jamás había conocido. Min SaMin y yo nos hicimos amigas enseguida y pronto descubrí que la mitad de los hombres de la universidad la perseguían. No me extrañaba, la verdad. Pero ella no tenía ojos para ninguno de ellos. - Sonrió con nostalgia. - Siempre hablaba de lo mucho que amaba a su novio con el que convivía, a pesar de su corta edad. Teníais que haber oído cómo hablaba de él. Nunca he vuelto a ver un amor como ese.
YoonGi y los demás escuchaban en silencio atentamente sentados en el sofá o las sillas del comedor. Podían adivinar de quien estaba hablando, y el hecho de que empezara la historia refiriéndose a ella puso los pelos de punta a YoonGi. Aún no sabían qué iban a descubrir, pero no apresuraron su forma de contar su historia. Era la verdad que YoonGi necesitaba y tenía derecho a escucharla completa. Tal y como ella estaba dispuesta a contarla, con todas sus explicaciones y excusas, aunque fuera por una vez.
- Cada pocos meses ella faltaba a la universidad unos días. - Continuó ella. - Yo creía que se sentía mal o que simplemente pasaba unos días descansando. Claro que... era algo más.
¿Qué omega no entendería eso? Necesita a su alfa sin reservas. Los presentes empezaban a tener muchas preguntas, pero decidieron seguir escuchando.
- Ellos vivían algo alejados del centro de Busan y él no parecía ser de los que salían mucho pero, en alguna ocasión me lo presentó. Yo no podía ver a Jeon HyungKo de cualquier otra forma que no fuera el novio de mi amiga, pero tenía un aura imponente y extraña. Su presencia creaba en mí una sensación abrumadora. Había algo en él que me llamaba mucho la atención y que, al mismo tiempo, me asustaba. Pero siempre que le vi desmostó portarse bien con SaMin y parecía amarla mucho. A pesar de que ella era joven y él era unos cuantos años mayor que ella, su compromiso parecía ser muy serio y adulto. Así que, ¿qué tenía yo que opinar sobre su relación?
- No puedo creerlo. - Susurró JungKook anonadado. - Él jamás habría permitido algo así. A penas deja salir a sus omegas del claro donde viven, mucho menos del bosque. ¿Cómo es posible que dejara que una de sus omegas fuera a la universidad sola cada día?
- La edad le ha cambiado. Supongo que tu padre también fue joven, intrépido y soñador, supongo. - Propuso Jin.
- O algo de lo que le ocurrió le volvió así. - Intervino HoSeok.
- ¿Tu padre? - Preguntó la mujer sorprendida. JungKook bajó la cabeza algo avergonzado. Después de lo que había hecho su padre, ¿cómo podía mirarle a la cara?
- JungKook es el hijo menor de Jeon HyungKo.
- Vaya... - Se mostró nostálgica. - Espero que se encuentre bien. - Eso sorprendió a todos, especialmente a JungKook. Realmente no sabían nada de la verdad. - Sin duda, no es sólo cosa de la edad. Lo que le ocurrió entonces le hizo cambiar. ¿Cómo no iba a hacerlo después de aquello?
- Dejad que cuente su historia. - Pidió NamJoon. - Me temo que vamos a descubrir mucho más de lo que esperábamos. - Además, NamJoon, quizá por ser alfa, estaba descifrando esa historia que le estaban contando de una forma muy diferente a los demás. Había cosas que no le encajaban. ¿No tenía nada que contar sobre ella misma antes de hablar sobre Min SaMin? Eso le resultó extraño.
- En definitiva. - Prosiguió la mujer. - Para mí era una relación un poco singular, pero nada fuera de lo extraordinario. A lo largo de nuestra amistad, descubrí que SaMin era una persona muy dulce pero, no era demasiado abierta ni dada a las relaciones sociales. Era tímida e igual de misteriosa que me parecía HyungKo. No hablaba mucho de sí misma, ni de su familia ni su lugar de origen. Como si estuviera guardando algún secreto. Y por supuesto que lo hacía. - Declaró rodando los ojos. - En el segundo año de universidad, me dijo que su hermano vendría a visitarla desde Daegu. Por alguna razón le hacía ilusión que me conociera. Supongo que quería demostrarle que le iba bien en su nueva vida lejos de casa, que había hecho amigos. Así le tranquilizaría. - Expresó ella un poco alicaída. - Pero, por otro lado, se mostró muy nerviosa por la idea de que le conociera. Sólo el día antes de que fuera a presentármelo, me citó porque decía que tenía que contarme algo importante. La vi más nerviosa que nunca. Casi estaba temblando de miedo al contarme, finalmente, su secreto. - Continuó. - Era una cambiaformas, una omega. Y tanto su hermano como su novio eran alfas. Dos futuros grandes alfas de dos poderosas manadas de Corea. Yo quedé atónita. No sabía lo que implicaba eso. Realmente, sigo sin comprenderlo muy bien, la verdad. - Reconoció algo compungida. - Conocer a un gran alfa siempre es algo... sobrecogedor. - Confesó levantando la cabeza y mirando fijamente a NamJoon. - Es la misma sensación que tengo ahora contigo. - Algo que dispara todas tus alarmas de peligro y que, del mismo modo, te atrapa. - Dijo desviando finalmente la mirada. - Además de confesarme quién era aquel día, me hizo prometer que no le hablaría a su hermano sobre HyungKo. No sólo era una extraña relación sino que era, de algún modo, prohibida para ella. - NamJoon entrecerró los ojos. Algo no cuadraba, pero decidió seguir dejando que hablara un poco más. - Si lo pienso fríamente ahora, era casi perturbador. Pero en ese momento, siendo joven y una estúpida en busca de aventuras que se creía inmortal, hice lo más obvio: guardé su secreto como si fuera mío y, en cuanto le conocí, me enamoré de Min SaYong. Aunque ambos eran jóvenes, fuertes y terriblemente atractivos, él no era intimidante como Jeon HyungKo. Su sonrisa era radiante, su gesto siempre amable y se comportaba de manera cercana, como un verdadero caballero. Todo a su alrededor se sentía distinto. - Ella bufó suavemente. - Desde entonces, SaYong venía a visitar a su hermana más a menudo a la universidad, lo que ponía un poco nerviosa a SaMin sin que yo supiera la razón, y llegó un punto en el que realmente SaYong viajaba a Busan sólo para verme a mí y no a ella. Decidimos no decirle sobre nuestra relación a SaMin por un tiempo. Yo no sabía si él iba realmente en serio conmigo y tampoco cómo se lo iba a tomar ella. SaYong, por supuesto, estuvo de acuerdo. - Aclaró con un ligero tono de reproche. - Las cosas no tardaron mucho en complicarse, SaMin, mi querida amiga, se quedó embarazada y decidió dejar la universidad. Cuando me lo contó, la vi tan feliz, tan radiante, que no pude decirle lo que de verdad pensaba. - Explicó. - Creía que estaba destrozando su futuro quedándose embarazada tan joven. Nunca había visto una pareja tan enamorada pero, ¿qué necesidad tenían de ir tan rápido? Justo cuando ella estaba en la universidad. - NamJoon frunció el ceño de nuevo. No entendía nada. Algo empezaba a molestarle de todo aquello y no sabía qué era. - De pronto, a penas pude volver a contactar con ella. Yo sabía, por la forma en la que a veces hablaba de HyungKo, que era sobreprotector y un poco exagerado, pero no entendí esa reacción de dejar la universidad y enclaustrarse en su hogar. Pensé que algo más había pasado, pero de vez en cuando, ella me enviaba cartas contándome lo feliz que era. ¿Qué podía decir yo? Así que me limité a disfrutar del hombre al que amaba, tal y como hacía ella. Pero lo bueno duró poco. Después de eso, todo ocurrió demasiado deprisa. - Hizo una pausa y bufó. - Yo no sabía nada de los cambiaformas. Sólo aproveché el momento sin pensar en nada más. Era como vivir un sueño junto a tu padre. - Expresó. - Pero...
ESTÁS LEYENDO
La Manada [BTS]
Hayran KurguEn el bosque de Bukhansan, la manada de Kim NamJoon vive en armonía. Él cuida de betas, omegas y cachorros. Cada uno tiene su lugar y nada parece capaz de perturbar la paz de la manada. Pero un omega de ciudad, que no comprende nada de su propia na...