54. Entre omegas y su alfa

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YoonGi continuó un largo rato hablando a solas con su madre. Pero todo el tiempo no sería suficiente para decir aquello que habían callado durante años. Pedir perdón no era necesario. Tan solo la promesa de que estarían más unidos desde ese momento podía sanar sus profundas heridas pasadas.

Tras eso, todos salieron de la casa, rumbo a Bukhansan, que era su hogar. De camino al coche, el alfa contempló a su omega avanzar decaído y triste. Abrazó a YoonGi desde atrás, por la cintura, y juntos avanzaron con pasos torpes y de payaso, balanceándose de un lado a otro tontamente. Poco le importó si era poco común o incluso inaudito hacer algo como eso en plena ciudad. YoonGi rió feliz.

- ¿La verdad te ha parecido decepcionante? - Le preguntó al oído sin soltarle de su abrazo.

- No... sólo lo estoy asismilando. - Declaró.

- Bien visto, yo creo que no ha salido tan mal. - Planteó el alfa.

- Una masacre... por protegerme...

- Merece la pena. - Formuló NamJoon en un murmullo. - Yo provocaría una catastrofe por cada uno de mis omegas. - Aseguró. - Supongo que el gran alfa Jeon fue más sensato a pesar de todo lo que pensábamos de él. - Planteó. - Igualmente no es culpa tuya, YoonGi. Las decisiones que otro tomaron no deben cargarse sobre tus hombros.

- Ya... supongo... - Aunque estaba claro que no era tan fácil sentirse así con sólo decirlo. - Mi madre me ha pedido que vaya a visitarla más a menudo. ¿Te parece bien? - Preguntó.

- ¿Desde cuando necesitas mi aprobación? - Comentó NamJoon curioso.

- No la necesito, pero la quiero. - Declaró YoonGi.

- Ven cuanto quieras, por supuesto. - Habló el alfa. - Sólo no escapes sin decirme nada. Me daría un infarto.

- ¿Por qué haría algo tan estúpido? - Planteó. - ¿Quién en su sano juicio huiria del amor de su vida? - Aunque, tal vez, aterrorizada, su madre lo había hecho. ¿Cuán terrible tenía que ser el celo de un alfa para que ella hubiera huido así de él? Eso conmocionaba a YoonGi, pues se suponía que él, en parte, también era humano, ¿no? ¿Y si no era un omega cualquiera? ¿Y si por eso él no se sentía como los demás en algunas cosas?

- Bueno, tal y como yo lo veo... - Dijo sacándole de sus pensamientos. - ...tu madre sigue siendo tu madre, tu padre no fue un asesino y JungKook no es tu hermano. - Le recordó NamJoon. - ¿No es acaso eso lo que más temías? - YoonGi comprendió que tenía cierta razón.

- Visto así... - Cedió.

NamJoon, entonces le agarró por la cintura y con el otro brazo atrajo a JungKook.

- Familias curiosas las vuestras. - Mencionó haciendo cosquillas en el costado de JungKook, que se retorció riendo y quejándose al mismo tiempo. - No sigáis tratándoos tan fríamente. Me duele sabiendo cuanto os queréis.

- Lo siento. - Formulo YoonGi. - Es culpa mía.

- Mi antigua manada tampoco es dada al incesto. - Manifestó JungKook. - Pero al ver a NamJoon y Jin... No parecía tan descabellado.

Sin importar donde estuvieran, aunque algo amparados por la oscuridad de la noche, el alfa besó con intensidad a unos de sus omegas y luego al otro.

- Vuestros labios saben mucho mejor cuando los mezclo en mi boca. - Susurró a ambos con cierta divertida malicia.

Subieron al coche y condujeron con tranquilidad de nuevo hasta su hogar. Al llegar al bosque, en el control en el que debían acreditar quienes eran para poder entrar, aunque ellos no tenían que mostrar documentación alguna, encontraron algo inesperado.

La Manada [BTS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora