20. Celo

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Así como cada omega es distinto, cada celo tiene su peculiaridad. Aunque los factores generales son comunes, cada uno los sufre y los afronta también de diferentes formas. Por esa razón, el alfa nunca se aburría asistiendo a sus omegas con sus celos.

A simple vista, lo más llamativo de TaeHyung, por ejemplo, eran sus altos gemidos. Estaba seguro de que a pesar del aislamiento sonoro de la habitación, sus gritos se podían escuchar fuera de esta. El alfa sólo rezaba porque no se escucharan en el piso de abajo, donde dormían los pequeños. Aunque no podía decir que no le encantase escucharlos y provocarlos una y otra vez. Adoraba forzarle hasta el límite y verle estallar sin piedad. El cuerpo de TaeHyung parecía más débil de lo que era o, si lo era, no se quejaba por ser marcado y maltratado de las mejores formas. TaeHyung tenía celos de ciclos cortos e intensos. Entre uno y otro dormía como mínimo una hora, a veces más de cinco. Para NamJoon resultaba un celo fácil de controlar y asistir. Descansaba y volvía a tomarle con energía hasta hacerle desgarrarse la garganta de puro placer. TaeHyung no solía tener problemas durante el celo, sin embargo, se le estaba haciendo un poco más difícil quedarse embarazado. Aunque aún no era alarmante ni mucho menos, aunado a la envidia de ver a sus otro compañeros ya con sus cachorros, se estaba haciendo complicado de sobrellevar para él.

En el lado opuesto estaba HoSeok. Sus celos eran largos y complicados. Esos días apenas podía dormir y a menudo tenía problemas para regular su temperatura y terminaba medio enfermo y agotado. NamJoon tenía mucho cuidado con la forma en la que trataba su cuerpo a pesar de que, a simple vista, parecía de los omegas más fuertes de su harén. Le gustaba cuidar de HoSeok, pero tenía el inconveniente de tener que estar muy pendiente de ciertos detalles, no podía perder tanto el control y dejarse llevar como con los demás. Siempre había tenido esos indicios, pero todo se había agravado después de dar a luz al próximo alfa de la manada. Algo así afectaría a cualquiera. Se mareaba con facilidad y se agotaba rápido durante. Sus ciclos de celo a veces se hacían interminables y, por mucho que NamJoon se esforzara, era difícil de aliviar. Después de eso, podía dormir un día entero sin despertar y aún no habría terminado de recuperarse. NamJoon hacía lo imposible por satisfacerle y lo conseguía. Aunque incluso el alfa acabara agotado, no le dejaba desesperarse ni un instante. HoSeok sabía que había tenido una suerte increíble al encontrarle. Ningún otro alfa sería jamás tan atento y dulce como NamJoon lo era con él.

Al de Jin estaba más que acostumbrado. El celo de Jin era constante durante los tres días que duraba, sin altibajos, sin problemas ni peculiaridades destacables. Para algún alfa podría resultar casi aburrido, pero no para NamJoon. No, para NamJoon era lo más delicioso del mundo. Amaba con locura a todos sus omegas, pero Jin era además su hermano, había nacido para ser su alma gemela. Jamás vería la posibilidad de tener sexo con Jin como algo tedioso. Era el más puro de los placeres. Constante, eterno, delicioso. Siempre en la misma postura, viendo su rostro esculpido en el más delicado mármol. Una y otra y otra vez y jamás se cansaría de otorgarle y recibir ese agónico placer. Acabar dentro de Jin, anudarse a él, sostener su cansado cuerpo entre sus fuertes brazos de alfa. Jadear sobre él teniendo en frente su intensa mirada. Ese era el momento en el que volvía a entender la fuerza con la que se amaban el uno al otro. Era comprender su lugar en el mundo. Si se extraviaba, si se agotaba, si se enervaba, Jin le hacía regresar a ser el de siempre. El alfa de la manada de los lobos negros de Bukhansan. Jin le mantenía los pies en la tierra, le hacía volver al camino correcto. Sólo él conseguía mantenerle firme cuando los malos momentos llegaban. ¿Cómo iba a parecerle aburrido o pesado tener relaciones con Jin? Su cuerpo era un templo de Jade. Su rostro compungido de placer. Su piel del satén más sedoso. Sus labios los más perfectos. Su aroma... su aroma siempre inundaba los pensamientos del alfa. Hacerlo con él siempre se sentía fresco, elegante y limpio gracias a su fragancia de agua de colonia y algodón. Hacerlo con Jin siempre era el placer más dulce.

La Manada [BTS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora