47. Noche bajo la Luna

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La Luna rielaba en las aguas del lago oscurecidas por la noche creando reflejos de plata. Era una madrugada especialmente luminosa pues el gris satélite se mostraba en todo su esplendor.

- La Luna llena... - Murmuró NamJoon.

- ¿Tiene algún poder sobre nosotros? - Preguntó YoonGi. NamJoon le miró algo desconcertado, así que YoonGi se vio obligado a explicarse. - En todas las historias de ficción sobre los hombres lobo, la Luna actúa como... no sé...detonante. Los lobos comunes también le aullan, ¿no? - Continuó. - ¿Nosotros tenemos alguna conexión con ella?

- Es nuestra diosa, por así decirlo. - Respondió el alfa.

Hacía sólo unos pocos minutos todos los demás omegas se habían desvestido y habían saltado al agua y ahora montaban escándalo poco más allá.

- No exactamente diosa. - Se rectificó. - No es una religión. Es más como... una compañera. Puede que sí afecte en algo a nuestro comportamiento, nos vuelve más receptivos en algunos aspectos... más inestables, supongo. Pero no nos obliga a transformarnos o algo similar. La Luna es... - NamJoon levantó la mirada y la observó con anhelo. - A mí me da paz. - Aseguró y justo después rió. - Tal vez sí es un poco una religión. Para cada uno puede significar una cosa. Da consuelo como un amigo siempre dispuesto en el cielo.

- Yo... - YoonGi también miró al cielo. - Sólo sé que me siento inquieto con su presencia.

NamJoon se acercó a su omega y le abrazó suavemente por la cintura.

- ¿Seguro que es la Luna lo que te tiene así? - Preguntó con cariño.

Juntos, dirigieron ahora su mirada al resto de omegas.

- Sé que JungKook no tiene la culpa pero... no sé... no puedo...

- También entre los cambiaformas hay manadas reacias al incesto como el que Jin y yo consideramos normal. No sé si puedo entender del todo esa clase de aversión, pero puedo respetarla. Sin embargo, te ruego que no te apresures. - Intentaba tranquilizarle su alfa. - Aún no estamos seguros de si realmente JungKook y tú compartís la misma sangre.

- Lo sé, pero no puedo quitarme de la cabeza esa posibilidad. Realmente necesito hablar con ella. - Declaró YoonGi.

- Sí. Yo también quiero saber que tiene ella que decir sobre todo esto. - Dijo acariciando la mejilla de su omega.

No muy lejos se oye el griterío y el chapoteo del resto de los omegas jugando y pasándoselo bien en el lago. NamJoon les observó un segundo.

- Únete a ellos. Parecen estar divirtiéndose.

- ¿Tú no vienes? - Le preguntó.

- No. La verdad es que estoy cansado. Creo que me quedaré aquí tranquilamente.

- Entonces me quedaré contigo. - Aseguró acercándose a YoonGi, pero este negó y le empujó suavemente.

- Ve con ellos. Yo estoy bien. - Le insistió a NamJoon. Parecía que quería quedarse solo. Tal vez necesitaba un rato para estar consigo mismo y sus pensamientos. YoonGi se había criado en una casa solos él y su madre. No tenía que ser fácil de repente llegar a un lugar en el que convivir con tanta gente a la que adaptarte, en una casa en la que apenas puedes estar un minuto a solas ni tener un instante para ti. El alfa besó su frente con ternura y se sonrieron. A pesar de todo YoonGi y él estaban bien.

NamJoon, finalmente, se acercó al muelle y tras darle una última mirada a YoonGi, se lanzó de cabeza al agua. Nadó primero hasta una diminuta isleta en la estaban Jin y HoSeok. El alfa les observó un rato con una sonrisa pícara.

La Manada [BTS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora