Dominick Meyers
—¿Pensaste que no te encontraría kerls?
Mi sonrisa se ensancha al ver su vida entre mis manos.
—No me interesa quién te mando o qué —establezco golpeando con el estilete y el hilo carmesí lo adorna—. No necesito el nombre de quienes están contigo, por la sencilla razón que yo lo sé todo y no necesito usar la fuerza para obtener lo que quiero —confieso y paso la punta por todo el pecho peludo que tiene—, lo único que me satisface que uno por uno va a sufrir por tocar el hijo de Dominick Meyer —asevero agarrando su garganta como un animal—. Tu castigo apenas comienza y el acto que hiciste con tu vida es el pago.
Clavo el estilete en su abdomen que suelta el ultimo quejido mientras siento las pulsaciones que emite su cuerpo «no va a morir» necesito más de su dolor que le causé.
—Recojan esta mierda y llévenlo al palacio —limpio la hoja con delicadeza—. Vamos con el siguiente.
—¿Podemos buscarlo luego? —se queja Jasper—. Necesito mi cama, ya mucha sangre que derramas.
—No es mi culpa que andes de marica en fiestas —expongo haciendo clic la hoja al guardarse—. Tengo entendido que solo debías guiar no ser otro en la misión.
—Debía cuidar a Isabela —espeta.
—Estaba Aida, Maggie y el resto.
—Señor, aquí tiene al siguiente —Agustín me entrega el punto rojo y ladeo la cabeza sonriendo.
—Perfecto, andando —mis pasos se marcan en los charcos de sangre y no le tomo importancia.
Mis planes salen como siempre quiero y me satisface los últimos sucesos que no olvido. Subo a la camioneta y emprendo camino con las ansias de volver a castigar y quitarles la libertad a más de uno.
Algo me distrae y es la pantalla del auto que se torna roja con los códigos de Isabela «está en peligro»
—Todos concentrados en la misión 1090 —ordeno a todos los guardianes—. Peligro del guardián 35 ¡quiero a todos en posición ahora!
—Como ordene mi señor.
Acelero y las llantas se derrapan al llegar a 3 km del departamento de Isabela.
—¡Quiero a todos en posiciones! —demando mientras se mueven y los guardianes élite se posicionan— ¿Dónde está Maggie?
—No tenemos novedades mi señor —responde Agustín cargando las armas mientras esconde las dagas en su tobillo.
—¡Todos informen sus coordenadas!
Cada uno se mueve y me escondo en una altura que me da la vista directa de su apartamento. El binocular acerca y la sorpresa que me encuentro es el asqueroso de su padre peleando con ella.
—Objetivo en la mira, mi señor —habla uno del clan de ángeles.
—Posición lado Oeste, listo en posición —mi auricular se revienta por las coordenadas.
—Guardianes élite proceder con el ataque —sujeto la cuerda a mi cintura apoyando mis manos en el alambre—. Entrando en diez segundos, ángeles procedan con la activación.
Me impulso dejando que la cuerda me lleve contra el centro de departamento y antes de llegar, el vidrio estalla por los micro explosivos que se colocaron. Disparo a cada uno dejándolos inerte en el suelo, tirando de mi estilete; arrojándolo en la cabeza a uno detrás de Isabela.
—Al parecer no me llegó la invitación —asevero tranquilo, soltando la cuerda mientras a mi espalda apuntan sin miedo—. Y me parece una falta de respeto la osadía de no hacerlo.
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Falacia
RomanceEsperar de la vida no es algo que debemos aferrarnos. Confiar en que una persona puede hacerte renacer luego de tanto dolor causado por la maldad que el mundo te ejerce como castigo no tiene precio, terminando con ese mismo sentimiento de dolor, res...