CAPÍTULO 9

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Mi conjunto es provocativo: un corpiño transparente rojo junto a unas bragas del mismo color; las botas altas hasta las rodillas siendo lucida por una camisa blanca manga larga que llega a la mitad de mis muslos.

—Camisa abierta y cabello suelto —habla la chica de cabellos gris con mechones rojizas—. Perfecta para atrapar.

—¿Por qué debo salir así?

—Es la manera de atrapar dinero —dice y agrega—: Ahora camina con hombros derechos y mirada alta; el antifaz debe quedarse en su sitio hasta que un buen comprador lo haga por ti.

—¿Si me niego?

—El castigo no será nada bueno para ti.

Me hace practicar la manera que debo caminar frente el escenario, me vuelven a repetir como una mujer debe actuar al momento de estar en el reservado <<no es lo que quiero>> pero, mi vida está en riesgo.

Los tacones altos resuenan en los pasillos y las miradas de las chicas recaen en mi cuerpo. Me veo más alta y los pechos resaltan sobre la abertura del camisón largo blanco; el antifaz es un diseño hermoso de color negro que resalta mis ojos avellanos por el delineador oscuro y los labios rojo mate me hacen ver una dominatrix. El salón se encuentra repleto, hombres reposan sus ojos al pasar en vez de las demás chicas; la rubia me coloca en el escenario para empezar el acto y solo cierro los ojos respirando hondo para no derrumbarme.

Karen sale de primero por ser la estrella de este lugar y luego las demás entre ellas; Carla. Todas mueven sus caderas sensuales y con besos de por medio entre pares que logra que los hombres silben y griten sobre la música tirando dinero sobre nosotras. Mi mente no se encuentra en el lugar y momento indicado qué me hace equivocar varias ocasiones y eso a Álvaro no le agrada. La función termina y nos bajan del escenario indicando a las seleccionadas un reservado especifico.

No escogen a todas. Sin embargo, cruzo los dedos ya que no han pronunciado mi nombre en la lista y respiro hondo; Karen no se deprime ya qué es la estrella y pagan millones por una noche con ella dándole el placer a Álvaro de crecer como dueño y proveedor.

Terminan de pronunciar a las chicas y un grito interior salta de alegría por no ser llamada <<no lo hiciste bien>> no me importa, tampoco me interesa los castigos con tal de no ser tocada por un hombre que solo me causará asco. Camino con pasos seguro...

—Isabela —pronuncian mi nombre—, ven aquí —cierro los ojos por la voz de Álvaro al hablar.

—Si señor —susurro con la cabeza baja y las manos atrás.

—Fallaste esta noche —reprocha—; aun así, lograste salvar tu castigo severo al que un desconocido pagara cinco millones por ti.

—¿Qué? —suelto confundida.

—Que te esperan en el reservado estrella —dice y mi cara se torna blanca por escuchar tal cosa—, Fernando te llevará al reservado y gracias por servirme esta noche; aunque tuviste pequeños errores que ya fueron compensados.

—No, por favor —pido y el hombre de negro me lleva a rastras a la habitación.

Empiezo a odiar una vez más mi vida. Pensé que fallando podría librarme de estar en uno de estas habitaciones siendo tocada o manoseada por un tipo desconocido. El trauma vuelve atacar al recordar todo este tiempo que mi padre lo hacía de igual manera.

Mis manos tiemblan. Mi cuerpo se paraliza, la mente se bloquea y la mente me traiciona.

—Hola fresilla —dicen y con tan solo escucharlo mi alma se recobra.

FalaciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora