Capítulo 33
Jasper White
Cuando perdí a mis padres luego de la guerra entre mundos; me consumí en la depresión y el dolor de no verlos; tratando de buscar otro camino y fue cuando tomé la decisión de servirle al máximo Jerarca del Palacio paradisíaco siendo la seguridad de su hijo y compañero. Sin embargo, no todo ha sido fácil de ser guardaespaldas y hacker de uno de los nietos más importante entre la familia Meyers.
Dominick solo se basa en sus ideales o reglas para conseguir lo que quiere; no le importa a quién puede arrollar con tan solo obtener lo que desea o cumplir su plan. Me ha costado la vida innumerable de veces por no seguir las órdenes del Jerarca; siendo el ejecutor de la desaparición de su hijo primogénito. Más que un empleado, soy su amigo que lo ayudaría como él lo hizo conmigo.
Gracias a mi padre tuve los conocimientos científicos como la física, química y matemático, teniendo la capacidad de crear nuevos aparatos tecnológicos o inventos imposible de alcanzar; he hackeado cámaras, celulares; todo lo que se basa a altas tecnologías casi impenetrables. Tengo la capacidad de entrar a informaciones ocultas o sacarlas de varias partes del mundo sin ser detectado. No solo la física es lo que juega para entender todo; sino, lo matemático, calculador e investigador para poder desarrollarte a nivel de inteligencia.
—¿Crees que tenga algo que ver? —su pregunta hace que rodeé el salón de un lado a otro analizando las líneas de relación que puede tener.
La pequeña página sigue sobre la mesa y los archivos siguen cargando para tener la información de las cámaras de las partes de Múnich.
—No sé, no tengo los últimos informes sobre la desaparición del niño —hablo analizando las imágenes de las pantallas—. Busco y busco sin encontrar algo que me sirva; algo me impide descifrar las entradas y salida de esa noche.
«No seria capaz» borro de mi cabeza esa posibilidad y busco otros lares con respuestas; los caminos me bloquean cuando todo da al mismo punto.
—Organiza la localización del papá de Isabela —ordeno—; cierra las puertas que dan al palacio y asegura la zona con los huestes ángeles; quiero a toda la élite en posición de protección al máximo jerarca y la familia Meyers ¡ahora!
—¡Todos los soldados; tenemos un 554! —habla por el comunicador y mando a llamar a Maggie.
«Dónde mierdas estás» trato de marcar una vez más y salta a buzón colocándome más nervioso de lo que estaba. Trazo las líneas asegurando que todo siga en orden y no hallo la pista que me dé cómo llegó esa nota al palacio sin un tipo de revisión o que dejasen pasar algún intruso al palacio.
—Me mandaste a llamar —su cuerpo se asoma sobre el marco y mis nervios se colocan de puntas.
—Sí, necesito que me digas que encontraste en la sangre de Isabela —le ofrezco la silla y ella alza la mano para que no me preocupe.
La Empuja ella misma, agarrando un lápiz y haciendo trazos en una hoja.
—Obtuve que tenía pequeños restos como la anfetamina, pero —vuelve a trazar otra línea—: al momento que analicé su sangre con varios elaborados no actuaban de la misma manera de lo que ya tenía en su cuerpo; lo que me lleva a posibles hipótesis que no solo usó drogas comunes. Sino algo que destruye los linfocitos por completo trastornando su mente o peor aún; que las toxinas vayan atacando sus venas hasta inducirle un paro cardiaco —explica y llega al circulo superior—. Lo extraño que esta droga no se conoce todavía en países bajos cuando son los primeros en exportar o importar. Por último, lo que me resulta confuso ¿Por qué Isabela no le provocó la muerte cuando sus nutrientes absorbieron esta droga?

ESTÁS LEYENDO
Falacia
RomanceEsperar de la vida no es algo que debemos aferrarnos. Confiar en que una persona puede hacerte renacer luego de tanto dolor causado por la maldad que el mundo te ejerce como castigo no tiene precio, terminando con ese mismo sentimiento de dolor, res...