CAPÍTULO 14

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Corolario

La creación de la humanidad. El universo formó a un ser con habilidades siniestras e incomparables; su deber era servir al rey supremo de la vida, siendo fiel a su palabra logrando una descendencia; convirtiéndose la madre suprema del mundo. Cumplió con el mandato trayendo seres vivientes al mundo con habilidades como cualquier humano.

Dicha madre no debía romper la cadena del universo. Su deber era crear un pueblo, dicho objetivo era procrear seres diferentes, pero con un dote especial. Todos los reyes estaban alegres por la dicha que el mundo haya sido creado para tener un pueblo guiado por las leyes del rey supremo y dueño de la vida humana. Sin embargo; una nueva orden se estipuló para la reina madre, romper la cadena creando vidas, dejando que la humanidad se formara por sí solo: sin poderes, sin habilidades y dones espirituales; solo tendrían una vida plena y sin muerte.

La reina madre no quiso acatar la orden descrita por el rey y, su motivo era el amor. Un amor lleno de pecado que podría tener consecuencias para el universo y el mundo, la reina madre fijo sus ojos en aquel hombre alto con apariencia de oscuridad que en su mirada solo albergaba tentación de penumbra y sed. Por ese amor desobedeció al creador de la humanidad; trayendo un símbolo destructor por el pasaje de su sangre portada de la reina madre; un poder que acabaría con todo ser que habitaba en la tierra y el universo.

Al momento que las voces se alzaron: los siervos, guiadores, guardianes, servidores, teísmos y mensajeros soltaron con fulgor la acción de la madre suprema, queriendo conocer tal creación y lo que conllevaba como acto impuro.

Llegaron las voces al templo: las paredes temblaron por la furia de la desobediencia; cayendo al mundo ante los pecadores de su palabra. Al ver en carne y hueso el lecho marcado por la madre suprema, solo sentía su pecho caliente por la creación llena de perjuicios que trajo su llegada ante la humanidad. Vio la cuna con ese pequeño ser viviente y luego a los progenitores que solo temblaban por la llegada del rey.

El cielo relampagueaba, el viento soplaba con violencia sobre los arboles y grandes manzanas de la tierra; porqué el rey estaba siendo esclavo de la atrocidad de la humanidad. Sus hijos han sido creyentes y seguidores de sus leyes y, uno de ellos quiso desobedecerlo llevando a sus hermanos por el mismo camino. Los rayos del cielo oscurecido sonaban fuertes como si el mundo llegara a su fin, la tierra temblaba por la ira del rey; el viento destrozaba grandes ventanales por la acción de la madre suprema e hija.

Al ver la criatura. Una consecuencia se formó; logrando temblar las extremidades de todos los habitantes con distintas habilidades aún, siendo humanos.

Escribiendo en una pluma con tinta negra sobre una marchita hoja blanca describía: todo aquel ser viviente que se logre unir por el deseo y la carne tendrá sobre su creación un castigo severo que traerá abismo y oscuridad; los poderes brindados se acabarán y solo en sus venas tendrán un ciclo de vida que acabaría cuando el rey lo disponga, no tendrán habilidades, ni poderes, ni dotes; solo tendrán una vida que acabaría en un lapso determinado.

Al momento de colocar la firma, los súbditos no podían creer lo ocurrido, nunca pensaron que el rey de la vida iba a disponer una ley epatante contra sus hijos.

Desde ese momento, la revolución inició. No querían aceptar el castigo e iniciaron su propia rebelión; obteniendo vidas simples: sin dotes o poderes sobre ellos. Se convirtieron en simples humanos sin ningún poder; tampoco tenían una vida plena por la decisión del rey que acabaría cuando él quisiera.

Quedando solo aquellos reyes; los templos se caían por no tener las habilidades ejercidas por el rey que fue distribuido a la reina madre, qué solo desobedeció las ordenes; trayendo consecuencias grandes y plasmadas en la piel.

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