Los nervios se encuentran en su máximo estado. Los gritos, risas y miradas presas de miedo se encuentran en el pasillo mientras inicia el preparativo. La rabia no cesa y se junta con aquella sensación llena de ansiedad por lo que pasará detrás de esas puertas dobles.
No lo he visto y siento que si lo veo mi concentración se irá al piso.
—¡Atención!
El llamado toma a todos y un joven viene con una pancarta en sus manos.
—En dos minutos inicia lo que hoy toma como responsabilidad si ser alguien fuerte o una mierda fracasada que no puede con si mismo —alerta y el calambre en mis pies me acelera el corazón—. Serán llamados junto a la orden Judicial y junto a los reyes —mira el papel marrón en sus manos—. Nombre Isabela Johnson con placa 17772.
Abro paso y todos me quedan viendo como alguien raro. Aprieto el brazalete sintiendo una conexión con ella.
—Serás la primera en hacer las pruebas de las piedras divinas —proclama—: junto a cada una de las piedras habrá una daga que harás un leve corte en tu palma dejando que las gotas caigan junto a la piedra, la oscura derecha y la gris izquierda para el corte.
Esto se siente como un puto experimento.
—Posterior harás el juramento —dice y agrega—: Prometo dar mi vida para que nuestros reyes estén a salvo, porto mi sangre como pacto de mi lealtad, fortaleza y sinceridad.
Me colocan la protección en el cuerpo y dibujan una especie de signo en mi brazo.
—Si las piedras absorben tu sangre, eres aceptada —enfatiza—. Si sigue intacta sobre la piedra eres rechazada. Por último, si la sangre rodea el signo eres un ser maligno.
—¿Maligno?
—No eres apta para estar en el Palacio —culmina y me mira por unos segundos—. Mucha suerte.
Los demás se forman en mi espalda. La bulla y los gritos del otro lado me atropella en mi pecho y los nervios junto al miedo me ponen las manos frías. «vamos Isabela» cierro mis ojos tratando de centrar mi mente y mi cuerpo.
Mi corazón bombea con fuerza y al momento que se abren las puertas lentamente la línea del resplandor junto al viento golpea mi rostro el cual subo la mirada marchando de manera lenta mientras las personas aplauden.
Las banderas no me dejan ver al inicio y busco con la mirada a la persona que puede transmitirme la única seguridad que no tengo ahora mismo. Junto al palco superior muestran unas altas sillas que en el centro se encuentra Alice Meyers, a su derecha Dominick y en la Izquierda aquella castaña.
Centro mis ojos en Dominick que me analiza y quita el rostro hasta colocarse los lentes...idiota... Alice me observa superior portando un traje junto a un gabán blanco sobre sus hombros. Un hombre toca a su derecha susurrando en su oído asintiendo varias veces. Detrás de ella se encuentra Alexandra junto a un hombre apuesto que observa el lugar. La única excepción es que Daphene no está a la vista y puede decirse que la familia Meyers se encuentra en el palco.
Un pequeño pinchazo me golpea en el centro del tórax y busco a Dominick quien se encontraba mirándome y al verlo nuevamente quita la mirada.
Quedamos en línea a la vez que mis manos no dejan de sudar y las aprieto rozando con aquel brazalete «imbécil» debía habérmelo quitado.
—Glorioso Día para dar inicio a la competencia anual dándole bienvenida a nuestros nuevos guardianes —anuncia un hombre mayor—. Demos un gran aplauso a nuestra Jerarca quien ha llevado nuestra Justicia a lo alto; eliminando la maldad, el pecado y la avaricia en nuestro mundo.
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Falacia
RomansEsperar de la vida no es algo que debemos aferrarnos. Confiar en que una persona puede hacerte renacer luego de tanto dolor causado por la maldad que el mundo te ejerce como castigo no tiene precio, terminando con ese mismo sentimiento de dolor, res...