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Nadie se vio dispuesto a dejar la habitación de inmediato. Querían asegurarse de que Milo estuviera bien, pero no les estaba dando otra opción. Con su fiebre disminuyendo con rapidez y su habilidad de hablar coherentemente, parecía haber regresado a su usual estado de salud. Si iba a hablar de ello con alguien, entonces debían obedecer por el momento, aunque Minerva pensó que su hijo le contaría a ella primero. Eventualmente, todos salieron de la enfermería, incluyendo Madam Pomfrey, para darles privacidad. Elspeth se vio sorprendida al principio al haberle pedido que se quedara, pero juzgando por su rostro al sentarse a su lado, sabía lo que se avecinaba.
Una vez se quedaron solos, Milo aclaró su garganta, pero Elspeth no lo miró a los ojos, viendo por la ventana silenciosamente.
—Tía El —dijo Milo en voz baja, tenía la sospecha de que probablemente había algunas orejas intentando escuchar lo que hablaría—. ¿Qué sucedió en realidad esa noche? La noche que todo sucedió.
La aurora se puso rígida por un momento, su mano sobaba su brazo gentilmente, mientras fruncía el ceño y lo veía.
—Mucho, Milo. Mucho sucedió esa noche, el mundo de todos cambió, para algunos fue un buen cambio, y para otros no.
—Hiciste el arresto —le dijo Milo, como si en ese corto periodo de tiempo, se le hubiera olvidado—, tú arrestaste a Sirius. Lo entregaste al Ministerio...
Su cabeza empezó a sacudirse de izquierda a derecha, y mordió el interior de su mejilla al punto que pudo saborear la sangre en su boca. Milo se inclinó hacia ella, para poner su mano sobre la suya. No estaba intentando hacerle sentir mal, no era ésa su intención, pero necesitaba respuestas. Estaba más que seguro que los recuerdos no habrían sido compartidos con él si no se supusiera que debía cuestionar las cosas. Su padre o Artemisa, claramente, alguno de ellos quería que viera esos dos recuerdos por una razón en específico.
—Lo entregaste, ¿no es así, tía El?
Elspeth puso una de sus manos sobre su boca por un segundo, antes de girarse hacia él y bajar su mano, poniéndola sobre su regazo.
—No —le murmuró quedamente—. No, no lo hice. Nunca habría hecho tal cosa, Milo. Aunque... aunque haya sido así, no habría podido hacerlo.
—Pero el Ministerio...
—Nos encontramos en un mal momento. Estaba intentando saber qué sucedía, él me iba a decir, pero cuando los otros Aurores llegaron, fue muy tarde. Al toparse con la escena, parecía que yo lo había atrapado y ése fue el crédito que me dieron, porque él me dijo que lo entregara. Me dijo que me explicaría todo.
La Enfermería estaba completamente en silencio, con Milo esperando que continuara y, juzgando por su voz, podía darse cuenta de que estaba al borde del llanto, pero hacía todo lo posible por continuar con un rostro fuerte. Ya fuera por su propio bien o por el de Milo, quizá ambos, no importaba, porque Milo sabía que había más.
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PRONGSLET AND THE CERYNEIAN GUARDIAN ⟶ Harry Potter [ESPAÑOL]
Fanfiction[Libro 3: Saga de Brotherhood] Desde que se puso en contacto con su hermano por los últimos años, Milo Fleamont Potter había entrado a otro mundo de aventura, unido a problemas y sin mencionar, a inmenso peligro. Sin embargo, no se arrepentía de nad...