PRONGSLET AND THE CERYNEIAN GUARDIAN ⟶ Harry Potter [ESPAÑOL]

Chapter Thirty

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—Bueno, tuvo que haber salido bien por tu sonrisa —dijo Elspeth tan pronto Milo se les unió a ella y a Harry en el patio esa tarde. Dejó a Cedric al ir por caminos distintos, Cedric iba de vuelta a la Sala Común con una sonrisa que era equivalente a la de Milo. Miró a su madrina y sintió un rubor creciendo desde la base de su cuello hasta su rostro. Harry lucía confundido, pasando la mirada del uno al otro, considerando que Elspeth tenía una expresión cómplice. Parecía que el único fuera era él.

—Eh... ¿de qué están hablando? —preguntó, haciendo que Milo se sobara la nuca incómodamente, antes de darle una mala mirada a Elspeth. Se giró a Harry con una pequeña sonrisa.

—Nada, sólo se está burlando de mí porque estaba discutiendo tácticas de guerra en Hogsmeade —le dijo Milo antes de ir hacia él y sentarse a su lado en la pared.

—Tácticas de guerra, así es como le dicen ahora, solíamos llamarlos métodos de investigación... ¡AU! —Elspeth se sobó la pierna con su rostro arrugado en dolor. Milo alejó su pierna de la de ella antes de poner toda su atención en Harry. Parecía que el chico estaba teniendo un buen día hasta ahora, considerando que sus planes no fueron exactamente como planearon al principio. Tenía una sonrisa y se veía feliz de ver a Milo, lo que era más que suficiente para su hermano mayor en ese momento. El temor de que Harry estuviera molesto y más problemas sucedieran había preocupado a Milo.

Después de lidiar con Anne Diggory, Milo no creía que su pequeño corazón pudiera soportar más estrés añadido ese día. Ya era lo suficientemente malo que Halloween nunca traía mucha felicidad a Milo a diferencia de a otros niños, después de enterarse de lo que sucedió ese día. Sabía que la festividad no tenía nada que ver con la muerte de sus padres, pero aun así, no mejoraba ese día. Pero en la compañía de Elspeth y de Harry, y de haber logrado mucho con Cedric, se sentía mejor sobre ello.

—¡Mamá! ¡Mamá!

Los tres vieron a Silas corriendo en el patio con una gran velocidad, y casi caer en un punto antes de llegar a su madre. Tenía una sonrisa brillante en su rostro, sin mencionar que cuando llegó al área donde se estaban sentados, estaba prácticamente saltando en su lugar. Milo pudo ver lo feliz que estaba Elspeth en ese momento, probablemente emocionada de escuchar al chico llamarla mamá, sin mencionar de que estaba realmente emocionado de verla y hablarle.

—Silas, ¿cuánto azúcar has comido hoy?

El chico se detuvo de repente, pero no respondió de una vez. Eventualmente se encogió de hombros, haciendo que la mujer sacudiera la cabeza.

—Voy a quitarte esa bolsa de dulces —dijo Elspeth—, si terminas con una carie, nunca escucharé el final de ello de mis padres.

—Nunca la encontrarás —bromeó Silas.