PRONGSLET AND THE CERYNEIAN GUARDIAN ⟶ Harry Potter [ESPAÑOL]

Chapter Twenty-Three

(n.) La armoniosa, comúnmente romántica compañía de dos personas; un sentimiento de cercanía o afecto que surge de estar junto a alguien. 

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Mientras otros estudiantes estaban en clase, Milo y Cedric se quedaron sentados en el suelo detrás de uno de los sofás de la Sala Común de Hufflepuff. Milo había perdido por completo la noción del tiempo, preguntándose cuánto llevaban sentados ahí considerando que sus piernas se estaban durmiendo. Pero no se atrevió a moverse de donde estaba abrazando a Cedric. A pesar de todo lo que Milo le dijo a Cedric sobre respetarlo y no jugar con los sentimientos de alguien, Milo no pudo evitar sentirse más relajado de lo que había estado en un tiempo, descansando en brazos de Cedric. Sin embargo, desearía poder decir que era bajo mejores circunstancias.

No podía evitar lo orgulloso que estaba de Cedric por tomar el siguiente paso al informarle a sus padres, Milo ni siquiera sabía qué decir porque no lo esperaba para nada. No estaba seguro de cuándo podría reunir Cedric el coraje para contarle a sus padres si es que lo hacía, considerando lo mucho que el chico amaba a sus padres y que nunca quería hacer algo que pudiera decepcionarlos. Pero parecía que Cedric por fin había realizado que no era sólo sobre la felicidad de sus padres, sino también sobre la suya. Si debía ocultar lo que realmente sentía durante su vida, probablemente nunca podría ser feliz aunque sus padres lo fueran.

El problema era que, obviamente, Cedric amaba a sus padres, después de todo, era su único hijo, siempre fueron los tres mucho antes de que Cedric iniciara Hogwarts y conociera a Milo. Todo había estado yendo bien para ellos y parecían ser la familia perfecta, hasta que Cedric se dio cuenta de cómo se sentía. Había llegado a la edad donde muchos adolescentes empezarían a salir o desarrollarían algo más que un crush. Lo que pasaba era que su primer crush y la persona con la que quería empezar a salir era, de hecho, un chico. Sus padres no lo vinieron venir, pero Cedric tampoco lo hizo.

Le golpeó como un tren, la primera vez que vio a Milo en una luz diferente fuera de amistad. Todo se sentía tan natural con Milo, lo que hacía que Cedric no comprendiera. Si estaba tan mal, ¿por qué se sentía tan bien? ¿Por qué se sentía bien estar con Milo, otro chico, y que todo se detuviera a su alrededor para darle toda su atención?

Cedric no podía explicárselo a sí mismo y claramente no podía explicárselo a sus padres, pero aunque pudiera, no habría importado. No les importaba que hubiera encontrado felicidad porque no entraba en sus estándares. Sus estándares eran que Cedric saliera con una linda chica en Hogwarts, en lugar de un chico guapo. La imagen perfecta que tenían de su hijo en sus mentes se rompió en cuanto leyeron la carta de la confesión de Cedric.

Sólo pidió su apoyo, que nada más había cambiado sobre él, de hecho, nada había cambiado en realidad. Dentro de sí, Cedric se dio cuenta de que sus sentimientos siempre estuvieron ahí, sólo debían salir a la luz cuando fuera el momento adecuado. Sólo quería que sus padres entendieran y aún lo amaran como su hijo. Aún podía jugar quidditch, aún podía tener sus amigos, ¿realmente cambiaría algo sobre él sólo porque le gustaba un chico?