Chapter Seventy-Four

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Peter finalmente tomó una varita y aunque su agarre era muy tembloroso, hizo lo que pudo para que su mano se mantuviera firme y así poder sanar el cuello de Milo. Desafortunadamente, las túnicas no hacían nada más que llenarse de sangre, pero no ayudaban a que se detuviera nada. El chico se estaba quedando en silencio y su agarre se había debilitado. Su mano cayó inerte. Su cuerpo seguía convulsionando y tenía problemas para ver a Peter, sorprendido de que el hombre intentara ayudarlo. El hombre seguía sangrando de sus propias heridas, intentando remediar cualquiera de las suyas, pero no estaba funcionando.

—No... funcionará... —le susurró Milo—, no puedes sanar la mordida... arañazo... de un hombre lobo...

Sus ojos se estaban cerrando, y Peter le dio una palmadita en su rostro para que siguiera consciente.

—¡Milo, quédate despierto! —le dijo—. ¿Qué hago? ¿Qué debería hacer?

—Díctamo... de plata... —dijo Milo en voz baja—... en polvo... cierra... cierra... tengo mucho frío, Peter.

Peter se tragó un sollozo, intentando que el chico continuara consciente, pero no podía ofrecer nada realmente. Milo se estaba yendo frente a sus ojos y el hombre no sabía qué hacer, parecía que Milo conocía más que él, pero el chico no podía mantener los ojos abiertos.

—N-N-No le digas... a tí-tío Remus —le instruyó Milo a Peter, y el hombre lo miró—. No dejes que Remus sepa que hizo esto. Inventa algo, por favor.

Ésa iba a ser una difícil mentira que crear y sostener, sobre todo porque era bastante obvio que Milo sufrió de un ataque de hombre lobo, en especial porque los hechizos sanadores normales no estaban funcionando. Peter quitó la ropa para ver la herida más de cerca, pero no podía ver nada en la pobre luz, sin mencionar el charco de sangre que la rodeaba.

—¡No le digas, Peter, por favor! —le rogó Milo, antes de tener un ataque de tos que hizo que girara su cabeza para escupir sangre. Peter estaba aterrado de gritar, pensando que Remus haría una segunda aparición para terminar el trabajo, pero necesitaba llevar a Milo con ayuda rápido y, en ese momento, era más que inútil al no poder mover la parte inferior de su cuerpo. De cualquier modo, con la situación en la que se encontraban, estarían muertos si Peter no actuaba de una vez. Levantando su varita, Peter envió una brillante luz que sobresalió en el cielo sobre ellos para señalar donde estaban, antes de volver a bajar la mirada a Milo.

El chico estaba quieto, y sus ojos estaban cerrados. Seguía respirando, pero sus respiros se volvían más superficiales, como si no existieran.

—¡¿Milo?! ¡¿Milo?! —puede que no fuera la mejor solución, pero sacudió al chico intentando recibir una respuesta de él. Pudo ver los labios de Milo moviéndose, pero no podía escuchar nada de lo que decía. Acercándose para escuchar mejor, Peter pudo captar el final de las palabras de Milo.

PRONGSLET AND THE CERYNEIAN GUARDIAN ⟶ Harry Potter [ESPAÑOL]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora