PRONGSLET AND THE CERYNEIAN GUARDIAN ⟶ Harry Potter [ESPAÑOL]

Chapter Fifty-Eight

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Cedric sabía exactamente qué necesitaba Milo para animarse de todo lo que parecía suceder a su alrededor en los últimos días, y eso era una agradable visita a Hogsmeade. Pero serían solo los dos, lo que pareció alegrar el día de Milo, aun más, cuando Cedric lo ofreció. Bueno, habría una tercera rueda con ellos, pero no iban a ser molestados por Paden. El bowtruckle también necesitaba salir y estirar las piernas. Así que tomaron una ruta más calmada a Hogsmeade para evitar que alguien pisoteara a la pequeña criatura. Milo estaba pensando en el juicio al que estaban asistiendo Hagrid y Buckbeak, nervioso por cómo resultaría.

También estaba que Hermione había ido esa mañana a hablar con él. Ella y los chicos seguían en malos términos, en especial después de que amenazara con ir con la madre de Milo si Harry intentaba escabullirse a Hogsmeade. Lo que Harry y Ron aún fallaban en entender era que ella no estaba haciendo nada por ser maliciosa, sino porque se preocupaba por ellos. Incluso aunque Ron estuviera enojado con ella y su gato, no era como si ella de repente dejara de preocuparse por su bienestar.

De repente, sintió dos fuertes manos tomar los costados de su cabeza, haciendo que soltara un patético chillido al chocar con el pecho de Cedric. No estaba prestando atención a sus alrededores porque ni siquiera notó que Cedric saltó en frente de él hace unos segundos. Pero antes de que Milo pudiera preguntarle al otro chico qué hacía, Cedric empezó a sacudirlo juguetonamente.

—¡Deja de pensar en ello! ¡Deja de pensar en lo que sea que estés pensando! —dijo Cedric y siguió sacudiéndolo hasta que Milo rió.

—¿Y si estaba pensando en algo bueno? —cuestionó Milo y finalmente, las sacudidas de Cedric llegaron a una pausa y le dio a Milo una mirada sospechosa.

—¿En qué pensabas entonces?

—En mí —Milo sonrió descaradamente, solo para volver a ser víctima de las sacudidas de Cedric. Rápidamente, pidió misericordia diciendo que solo bromeaba—. ¿Y si estaba pensando en ti?

¡Ja! La idea de Milo funcionó porque el rostro de Cedric se puso rojo y sus manos cayeron a sus costados. Ahora que tenía a Cedric sintiéndose avergonzado, se sentía bastante triunfante en esos momentos, en especial porque últimamente solía ser al revés. Cedric sabía exactamente qué hacer o decir para avergonzar a Milo, pero, oh, cómo han cambiado las cosas.

—Crees que eres muy lindo, ¿no?

—Bueno, me han conocido por...

De repente, la sonrisa y sentimiento de victoria desaparecieron cuando los ojos de Milo se abrieron como platos detrás de sus gafas al ver a Cedric acercándose. Aún podía ver la naturaleza juguetona escrita en la sonrisa del chico mayor, sin embargo, sabía qué esperar. Con lo competitivo que era su novio, Milo sabía que iba a enfrentarse al reto personal de Cedric de avergonzarlo