Chapter Thirty-Four

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Sentado en el vestuario, Milo y el resto del equipo de quidditch de Hufflepuff podían escuchar el sonido de la multitud formándose en las gradas, con los estudiantes y profesores llegando a ver el partido aún con el mal clima. Hiciera lluvia o sol, el clima no determinaba quién estaba dispuesto a ver el partido de quidditch y para los estudiantes de Hogwarts, esos eran prácticamente todos. Quizá era porque la escuela no tenía otros deportes. Habían muchas actividades extracurriculares, pero ninguna de ellas eran deportes. Sin importar qué, las gradas nunca estaban vacías.

Solo correr dentro del campo dejó a la mayoría del equipo empapados, así que ya sabían qué esperar. Cedric ya había encantado las gafas de Milo para el partido, para que no estuviera jugando a ciegas. No hubo charla que podría darle a su equipo en ese momento para subirles el ánimo. Ya lo había dicho un millón de veces, incluso antes de volverse capitán. El equipo de Hufflepuff daban todo lo que tenían y si era suficiente, genial, y si no, siempre habrían otras oportunidades. Milo estaba seguro de que ése no fue el discurso que se estaba dando en el otro vestuario, al ver los claros nervios de Oliver en el Gran Comedor esa mañana.

Después de ver una sombrilla pasar por la entrada del vestuario, Cedric vio a su equipo con una sonrisa.

—¿Todos listos para tener un buen partido?


Milo amaba la lluvia, le gustaba escucharla mientras se quedaba dormido, le gustaba ver las gotas recorrer el vidrio de las ventanas pretendiendo que estaban en una competencia para llegar primero a una línea de meta invisible que él mismo dibujó, y amaba el olor después que llovía. Sin embargo, no le gustaba jugar en la fría lluvia y tan pronto estuvo fuera en el campo, tembló. Por más que Paden quiso asistir también al partido, Milo pensó que sería mejor dejar al bowtruckle en la calidez de los dormitorios de Hufflepuff. No necesitaba que Paden cogiera un resfriado. Paden protestó, aferrándose al uniforme de quidditch de Milo, pero eventualmente, se acomodó en la almohada de Milo a regañadientes, y se enterró bajo el edredón de Milo.

Pero justo cuando se iba a ir, Milo pudo escuchar al bowtruckle haciendo una pedorreta en descontento. Milo había leído mucho sobre los bowtruckles, pero ningún libro hablaba sobre cuán descaradas podían ser las criaturas. Quizá, sólo quizá, tendría que escribir su propio libro al respecto.


En un punto, una fuerte ráfaga de viento empujó a Milo como si fuera un pedazo de papel, y le hizo reír un poco, aterrizando en un charco mientras el resto de su equipo lo veía divertido. Fueron Heidi y Cedric quienes lo ayudaron a ponerse de pie, pero ahora estaba temblando horriblemente. Ninguno tenía sus varitas a mano para secarlo y no tenían mucho tiempo para regresar al vestuario. En su lugar, Heidi tuvo una mejor idea.

—¡Bien! —gritó—. ¡Ya saben qué hacer! ¡Corrillo Hufflepuff!

Eso captó la atención de Oliver Wood, quien estaba liderando a su equipo afuera, esperando que el equipo se pusiera en una rara formación o posiblemente que estuvieran discutiendo un nuevo movimiento con el que no era familiar. Pero el equipo solo estaba haciendo un abrazo grupal para calentar a uno de sus Cazadores. Milo se sintió cálido como esperaban, pero fue mucho más cuando el abrazo de Cedric duró unos segundos más que el de los demás.

PRONGSLET AND THE CERYNEIAN GUARDIAN ⟶ Harry Potter [ESPAÑOL]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora