Chapter Twenty-Five

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Milo no podía empezar a explicar qué lo poseyó para insultar al hombre sin realmente saber nada sobre él además de lo que le habían contado. Por más que Elspeth y él quisieran creer que él no era parte de los crímenes que llevaron a la muerte de sus padres, Milo no sabía la verdad y lo mejor era tener cuidado para estar a salvo. Afortunadamente, tenía una varita, lo que le daba ventaja en la situación y Paden estaba preparado para convocar a un ejército de bowtruckles si un perro necesitaba una golpiza por intentar meterse con Milo. Sin embargo, con lo enfermo y débil que lucía el perro, probablemente no les tomaría mucho acabar con él, capaz que una gran ventisca haría el trabajo por ellos.

Pero el tiempo de reacción de Milo fue lento porque mientras estaba en un estado de shock, el perro se transformó y recobró su apariencia humana. Segundos después, Milo se encontró en un abrazo causando que soltara un pequeño chillido al estar presionado contra el cuerpo huesudo del hombre.

—¡James! —el hombre exclamó felizmente—. Cornamenta, yo... no puedo creer que estés aquí. No entiendes...

La voz de Sirius se perdió en el aire, sobre todo al no ser abrazado de vuelta. En su lugar, el cuerpo de Milo estaba rígido de los nervios, sin haber esperado que el hombre lo abrazara y mucho menos que lo llamara por el nombre de su padre. Lentamente, se alejó, sus manos continuaron sobre los hombros de Milo, mientras la varita del chico continuaba alumbrando la escena. Sirius tenía pálidos ojos azules, que eran prácticamente grises, Milo los había visto antes en Silas. Sólo que los ojos de Silas siempre parecían contener alegría, a diferencia del hombre que parecía roto en pedazos.

—No eres James —dijo Sirius en voz baja, viendo cómo Milo sacudía la cabeza.

—No, soy Milo.

El claro estuvo en silencio por unos momentos. Milo sostenía su varita con fuerza sin estar seguro de qué sucedería ahora que le reveló su nombre al hombre. Estuvo la paranoia hacia tiempo cuando Milo creía que Sirius escapó de Azkaban para terminar el trabajo y asegurarse de que todos los Potter murieran, sin mencionar de ir tras su propia familia. A pesar de lo que Milo y Elspeth discutieron, no ayudaba el hecho de que Sirius estuviera en silencio y quieto por unos momentos. Eso ponía nervioso a Milo, temeroso de que el hombre fuera a atacar y luego qué sucedería después. Estaba en lo profundo del bosque, lo suficientemente lejos como para que nadie lo escuchara gritar aunque pidiera ayuda.

—Milo —Sirius repitió el nombre en un susurro—. Milo Potter.

Él dio un paso adelante, pero Milo retrocedió otro paso, con demasiados pensamientos corriendo por su mente en ese momento y no del todo seguro si debería permitir que Sirius se acercara de nuevo, en especial ahora que sabía quién era Milo. Sin embargo, no podía negar lo feliz que lució Sirius cuando creyó que Milo era su difunto mejor amigo. ¿Pensó que estaba viendo un fantasma? ¿Pensó que se estaban reuniendo en el más allá?

PRONGSLET AND THE CERYNEIAN GUARDIAN ⟶ Harry Potter [ESPAÑOL]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora